«Ojalá la lluvia de estos días hubiera caído hace un mes», aseguraba ayer a este diario Daniel Soler, presidente de la cooperativa de Cambayas, que reúne al mayor número de productores de granada, en su variedad mollar, del Camp d'Elx. Y es que tanto él, como el resto de sus asociados, están detectando una disminución media del calibre que ronda entre un 15% y un 20% con respecto al año anterior. «Nos hemos encontrado con una reducción del tamaño entre una temporada y otra que no recordamos que se haya dado en los últimos diez años», afirmó Soler, echándole, por supuesto, la culpa a la falta de agua en los últimos meses. Cabe recordar que, hasta las últimas lluvias, que no han superado los 10 litros por metro cuadrado, no caía una gota en la comarca desde mayo.

La ampliación de hectáreas en las que se planta granada en Eche, sobre todo de la variedad mollar, paliará esta pérdida de calibre en lo que a producción total se refiere, aunque el presidente de dicha cooperativa no descarta que también caiga entre un 10% y un 15% con respecto a la temporada anterior, una recesión bastante considerable para el sector.

Sobre todo, porque no solo se ha visto reducido el calibre, sino que la floración, al parecer, tampoco ha sido demasiado buena. Es decir, los árboles han dado muchas menos granadas de las que se esperaban. El año pasado su cooperativa recogió 6,8 millones de kilos y éste está previsto que se reduzca alrededor de un millón. El presidente de la Comunidad de Regantes de Carrizales, Fernando Antón, que también cuenta entre sus propios cultivos con granada, apuntó que lo de la floración ha ido un poco por zonas. «Por ejemplo, en Carrizales casi no lo hemos notado, pero en La Baia, en Valverde y en Pusol sí que han tenido más problemas en este sentido», explicó este representante del Camp d'Elx, que ha lidiado, como todos, durante este verano, con una climatología muy poco beneficiosa para este tipo de plantaciones. «A principios de verano, a mí, por ejemplo, se me quemó mucha granada a consecuencia del sol, que apretaba bastante. Eso incide en que todos esos frutos ya no puedan entrar dentro de los rangos de primera y extra, por lo que se quedan fuera de la Denominación de Origen», señaló Antón.

El presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Elche, Pedro Valero, también cree que esta temporada se verá afectada la producción de mollar, que en esta campaña estrena su sello de Denominación de Origen.

En el inicio de la campaña de recolección, el Consejo Regulador provisional de esta variedad se mostraba algo más positivo con el calibre, que, aunque consideraba que podría haber bajado, lo tildaba de aceptable.

La previsión del presidente del Consejo Regulador, Francisco Oliva, es que se recogerán alrededor de 50.000 toneladas y entre 15.000 y 20.000 esperan que pasen el corte de la DO. El objetivo de estos agricultores es paliar la falta de agua a causa de la sequía. Por eso, según precisó Oliva, varios productores asociados al consejo están comenzando a usar agua desalada, un recurso que, hasta el momento, no se había usado en este tipo de cultivos en la zona. Por nuevas fórmulas que no quede o, de lo contrario, a mirar todos al cielo, y, como decía Daniel Soler, a ver si llueve cuando toca.