Donde dije digo, digo Diego. O esto al menos es lo que está transmitiendo la Generalitat con su política de recogida de basura en sus parques naturales. El pasado viernes se comenzó a hacer efectiva la orden de la Conselleria de Medio Ambiente de eximir de este servicio a la empresa pública que lo tiene encomendado, Vaersa, y retirar las papeleras de los itinerarios de estos espacios de valor ambiental, tal y como había recomendado la Intervención de la Generalitat en un escrito que realizó a principios de año, según reseñaron a este diario fuentes de la Generalitat.

Tanto es así que alguno de estos parques, como el de El Hondo, ayer ya carecía de receptores de basura incluso en el merendero y en otros, como el de las Salinas de Santa Pola, se había dado el aviso de que se suprimirían en breve. Asimismo, los contenedores del parking de acceso al de las Lagunas de Torrevieja y La Mata, ayer por la mañana, estaban a rebosar. Un hecho que el Consell no aclaró si estaba relacionado con esta problemática.

Lo que también parecía una incógnita es quién se iba a hacer cargo a partir de ahora de la retirada de basura en los distintos parques de la Comunidad Valenciana y qué papel tenían que jugar los visitantes en las cuestiones de limpieza. Es decir, si cada uno de ellos tenía que salir de estos espacios con una bolsita con sus propia basura.

Sin embargo, ayer por la tarde, «in extremis», el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, decidió dar marcha atrás a esta orden y decretó que se vuelvan a reponer las papeleras en todos los lugares en los que se hayan retirado, además de que Vaersa, la empresa pública que se dedica al mantenimiento de los parques de la Comunidad Valenciana, asuma de nuevo la competencia de recogida de basuras.

El asesor de asuntos generales de la Secretaría de Medio Ambiente, Enrique Pastor, explicó que todo este problema se ha generado «por una falta de comunicación dentro de la propia Conselleria». Argumentó que todo este asunto parte de la encomienda -contrato- que la Generalitat realizó a principios de año con Vaersa, en la que «el interventor autonómico no vio consecuente que esta empresa pública se hiciera cargo de la recogida de basuras, una de las muchas competencias que tenía en estos espacios naturales: reparaciones, trabajos de investigación y conservación de flora y fauna, etcétera».

Este alto funcionario de la Generalitat, según Enrique Pastor, no veía lógico que «estos parques naturales dispusieran de papeleras en sus itinerarios. Como mucho en sus áreas recreativas, ya que no considera que sean lugares en los que se deban de generar residuos. De hecho, hay otros muchos parques naturales por España y el resto del mundo, en los que se pide a los visitantes que se hagan cargo de su propia basura», especificó.

Aunque esta función de la encomienda se eliminó hace meses, no ha sido hasta este viernes cuando ha comenzado a revolotear. La razón, según este asesor, porque «algunos de los directores de los parques han visto conveniente comenzar a aplicarla», apuntó.

Enrique Pastor reseñó que, al preguntar este diario ayer por este tema, se han dado cuenta del problema que se podía generar y se lo han replanteado, por lo que han optado por dar este viraje. «Hay decisiones internas que no puede tener controladas el secretario general. Pero estamos atentos para poder rectificar», reseñó.

En el caso de que se hubiera llevado a cabo este cambio de políticas de limpieza «el Consell habría tirado de pequeñas contratas para que recogieran la basura o se habría puesto en contacto con los ayuntamientos dependientes para que desarrollen esta función». Es más, fuentes del Consistorio de Benidorm aseguraron que ya asumen parte de la recogida de basura en el parque natural de Sierra Helada.

Algunas fuentes cercanas a estos espacios, destacaron que detrás de este cambio de tercio puede haber «una pequeño tensión entre Vaersa y el Consell, ya que con la llegada de los nuevos directores, poco antes de verano, se les ha exigido a los brigadistas de la empresa pública que realicen muchas labores que estaban olvidadas y quizá, tras estas presiones, la mercantil pude que haya optado por cumplir escrupulosamente la encomienda y, por lo tanto, dejar de recoger la basura».