Si uno pone en Google la palabra «Escorxador», a pesar de haber nacido como uno de los centros culturales más innovadores de la provincia hace ya casi ocho años, solo encuentra como plataforma propia una página de Wordpress que se quedó a medio hacer y que, desde 2014, duerme el sueño de los justos sin haber generado ningún tipo de contenido. Así de «chivato» es internet. La manera de conocer, de una tacada, la programación tanto de este espacio cultural como del resto de los que gestiona el Ayuntamiento ilicitano (Gran Teatre, Cines Odeón, La Llotja o el MAHE, entre otros) es decargándote un PDF de la web municipal. Un atraso desde el punto de vista de la difusión online, que desde el equipo de gobierno pretenden corregir con la nueva web municipal, que quieren estrenar este mes y que albergará micrositios para dichos motores de la cultura ilicitana.

La coordinadora de comunicación de La Casa Encendida de Madrid, Mireia Saura, subraya que la web para un centro cultural es fundamental para su difusión, porque es algo así como la «madre» de toda la estrategia digital. «Es el lugar en el que puedes encontrar todo el contenido de manera ordenada y que te ofrece diferentes niveles de información. Es decir, puedes quedarte en leer la sinopsis de un evento o comenzar a pinchar en los links que te ofrecemos sobre el artista en cuestión, vídeos del espectáculo, etcétera», explica Saura, a la vez que detalla que «los portales actúan también como un medio de comunicación propio y como referencia de toda la gente que te sigue en redes».

Y ahí es cuando viene la madre del cordero. Los centros culturales diseñan estrategias para adaptarse a los lenguajes de las diferentes plataformas 2.0 (Facebook, Twitter, Instagram...). «Antes todo se hacía a través de los medios tradicionales y ahora tienes que ir adaptando tu mensaje al ritmo y a la frecuencia de cada red social. Selecciones que dependerán del público al que quieras llegar, que cada vez está mas fragmentado. Aparte de ayudarte a difundir, es la única manera de saber qué están haciendo otros y de que sepan los otros lo que estás haciendo tú. En definitiva, la vía para generar aliados», añade esta experta en comunicación, al frente del discurso de uno de los principales templos de la cultura del país.

Quizá por eso, lo primero que hizo el actual director de comunicación del Consistorio ilicitano, Jorge Villar, es crear y potenciar páginas de Facebook propias en todos los centros culturales que dependen del Consistorio y de Twitter del Gran Teatro y L'Escorxador. «Cuando entró la nueva corporación y me contrataron, me encontré ante un auténtico páramo y una estrategia de la antigua corporación en la que todo pasaba por los perfiles institucionales del Ayuntamiento. La web tenía claro que iba a entrañar más tiempo renovarla. Sobre todo porque es caótica a nivel de programación a pesar de que en la nueva hayamos invertido tres veces menos. Pero en las redes sociales sí podía meter mano. Así que comenzamos a generar perfiles y a marcar una estrategia», detalla Villar, autor del libro «Gestión y planificación de las redes sociales profesionales».

Entre lo virtual y lo físico

Juan Insua, jefe de proyectos del CCCB de Barcelona, deja claro que la mayoría de los espacios artísticos del mundo, en breve, serán igual de presenciales que virtuales. Es decir, que tendrán que ser capaces de difundir su actividad en tiempo real con herramientas como Periscope o de ir aglutinando el contenido que ofrezcan en diferentes formatos (textos, fotos o vídeos en Youtube) para disfrutarlo en diferido . «En todas las instituciones de Europa se han dado cuenta. La Tate Museum o el British de Londres están experimentado una transformación, incluso en su propia manera de funcionar como empresa, hacia lo digital. El primer paso es tener un plan. Saber qué queremos ser en este ámbito dentro de cinco años y posicionarnos. Hay centros de pequeñas localidades que están haciéndose un nombre gracias a su apuesta por la difusión digital», incide Insua.

Por ejemplo, Jorge Villar asegura que una de las diferencias principales del Consistorio ilicitano frente a otros municipios de la provincia es que «elaboramos un manual de social media, con el que hemos instruido a los propios funcionarios para que sean capaces de actualizar ciertos contenidos en los diferentes perfiles». Asimismo, para difundir las actividades han introducido en el departamento de comunicación a estudiantes de audiovisuales de la UMH que realizan vídeos para alimentar sus redes, teniendo en cuenta que es uno de los productos que más tráfico generan.

La concejal de Cultura, Patricia Macià, manifiesta que «dentro de nuestro plan de comunicación global hemos denominado el área como Elx Cultura, que se ha traducido en dos perfiles de Twitter y Facebook que acaparan el contenido de las redes de los diferentes espacios culturales». Elx Cultura también se convertirá en un portal en la web, en la línea de lo que se ha hecho con Barcelona Cultura o Donostia Cultura. El camino para llegar al nivel de estas ciudades, en el terreno de la comunicación digital y cultural, es largo. Ahora solo queda que se cumplan los planes de futuro y no se pierdan en el ciberespacio.