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Los taxistas vaticinan un verano de récord

El colectivo ha notado desde mayo un incremento notable de los traslados en el aeropuerto después de prácticamente siete años precarios

Parada de taxis en el aeropuerto de Alicante-Elche, que desde mayo viene registrando una gran actividad. ANTONIO AMORÓS

Los taxistas ilicitanos tienen un sabor agridulce. Aunque todo apunta a que este año la provincia de Alicante batirá, al igual que el conjunto de España, records en cuanto a visitantes nacionales y, sobre todo, extranjeros, el mencionado sector lamenta que buena parte del negocio en los desplazamientos desde el aeropuerto de Alicante-Elche se esté y se vaya a perder claramente por el intrusismo, los taxistas piratas y cualquier otro tipo de competencia desleal.

El colectivo considera que, pese a las excelente perspectivas que se presentan, y sobre todo tras cómo ha transcurrido mayo, junio y julio, prácticamente el 40% de los ingresos posibles, gracias a la llegada de turistas a la estación aeroportuaria, van a ir a parar a conductores «absolutamente clandestinos».

Tomás Jorge, presidente de la Asociación Radio Taxi Elche, asegura que el principal responsable de que esta situación se repita y que, incluso, este año esté yendo a más, la tienen los políticos, las administraciones responsables.

A juicio de este colectivo, son más buenas intenciones que hechos, y que, mientras tanto, no solo se están dejando de ingresar impuestos, sino también se impide crear empleo.

El problema no es nuevo, aclara el portavoz de los taxistas ilicitanos, pero la diferencia es que pese a las dos medidas que se pusieron en marcha en el aeropuerto por parte de los responsables de la anterior Generalitat Valenciana para frenar el intrusismo, el problema está lejos de resolverse.

Una de estas medidas del Consell fue, desde el 1 de mayo de 2014, decretar un límite a los taxistas de fuera de Elche de un máximo de seis servicios al mes para recoger pasajeros.

La otra fue la instalación de un lector de matrículas para controlar que determinados vehículos que no eran taxis se hacían pasar por servicios privados y acudían periódicamente a la instalación aeroportuaria para «pescar» clientela.

«Han sido seis o siete años muy malos», expone Tomás Jorge, quien, no obstante, considera que con el incremento de los turistas que por vía aérea están llegando a Alicante este año, también se ha «duplicado o triplicado incluso» el número de vehículos piratas.

Desde el sector aseguran que el mes que más trabajo tienen es en mayo, y que lo notaron sobre todo tras el reciente atentado en el principal aeropuerto turco. «Ahora en julio y agosto baja algo porque muchos familiares vienen a recoger a otros o a amigos», aclara el presidente de los taxistas.

Benidorm, Torrevieja o Alicante siguen siendo las principales carreras y el trabajo, es cierto, ha crecido mucho este año para estos profesionales del volante en comparación con los ejercicios más recientes. Pero podría crecer mucho más, advierten desde el colectivo.

De hecho, la Asociación Radio Taxi Elche tiene desplegados en el aeropuerto habitualmente 104 vehículos durante el verano. En estos momentos se ha tenido que aumentar, de manera que las unidades oscilan entre los 118 y los 123 coches.

La situación es tal que incluso en algunos momentos pico, de llegada de muchos vuelos, no hay taxis suficientes, algo que desde la asociación de taxistas se asegura que los viajeros no tienen que esperar en realidad más de diez minutos.

Durante los siete primeros meses del año, el aeropuerto ha registrado 6.901.689 pasajeros y 48.839 vuelos, lo que implica unos incrementos del 16,3% y el 17,2% respectivamente, en relación al mismo periodo de 2015. Mucho antes de acabar el año se espera superar los 10 millones de pasajeros.

Pero estas cifras no se traducirán del todo en ingresos para los taxis de Elche. El problema son los taxis de otras localidades que se saltan el cupo de limitaciones; conductores que ofrecen su coche privado como servicio público, cuando no lo es; pero sobre todo los VTC, es decir, furgonetas que se alquilan con chófer, con capacidad de hasta nueve plazas con servicios contratados previamente. Es aquí, aseguran, donde se están desangrando los taxistas ilicitanos.

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