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Salvador Martínez: «Nuestros científicos compiten en Bruselas con los mejores y traen financiación»

El Instituto de Neurociencias acaba de arrancar una nueva etapa con la llegada a la dirección de Salvador Martínez

El director del Instituto de Neurociencias, Salvador Martínez, en un laboratorio. jose navarro

El catedrático de Anatomía y Embriología Humana de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, Salvador Martínez, acaba de coger las riendas del Instituto de Neurociencias, centro mixto de la UMH y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Llegó a él en el año 2000, captado por Carlos Belmonte, donde estuvo trabajando hasta que hace dos años se desplazó a Murcia, para poner en marcha un nuevo proyecto. Con los deberes hechos en la región murciana Martínez ha regresado a Neurociencias, para dirigir un proyecto, según confiesa, que «está por encima de cualquier personalismo».

¿Qué le motivó a dirigir el Instituto de Neurociencias?

Mi historia en el Instituto de Neurociencias. Yo llegué a él de la mano de Carlos Belmonte. Me explicó el proyecto cuando estaba en Estados Unidos, y me pareció excepcional en nuestro país. En aquel momento, en el año 2000, era algo muy singular, que hubiese un instituto de Neurociencias en España. Desde entonces me he sentido muy cómodo trabajando aquí. He visto como ha crecido en la dirección que yo considero adecuada. Tras Carlos Belmonte, Juan Lerma ha hecho que el proyecto crezca en el buen sentido, manteniendo y aumentando la calidad. El nuevo ciclo requería de un director de la Universidad y me propusieron volver de Murcia, donde estaba de comisión de servicios, creando el Instituto de Investigaciones Biosanitarias.

¿Entraba en sus planes volver?

Tenía claro que iba a volver a Neurociencias, ya que mi cometido en Murcia había terminado. Una vuelta que se catalizó con la propuesta de intentar ser director del instituto. Me presenté por mi compromiso con el instituto, para seguir llevándolo por la misma línea que ha ido hasta ahora.

¿Cuál es su definición del Instituto de Neurociencias?

El Instituto de Neurociencias es un proyecto que ha ido cristalizándose de la mejor forma posible. Y eso ha sido gracias a que esa cristalización no ha sido al azar, sino bien dirigida. Ha sido un proyecto dirigido con un rumbo definido. Y esto es algo muy extraño en nuestro país, donde estamos acostumbrados a improvisar mucho. En el Instituto de Neurociencias se ha improvisado muy poco. Siempre ha prevalecido el proyecto por encima de las individualidades, y eso ha permitido llegar a lo que somos ahora. El Instituto de Neurociencias es, sin duda, el mejor instituto de neurociencias de España, donde ya hay bastantes. Nuestro centro empezó siguiendo el modelo del Cajal de Madrid, y ahora somos mejores.

¿Son el mejor pese a no estar en la capital del país?

El único aspecto que no tenemos de privilegio es que no estamos en la capital de España, pero nunca ha sido un hándicap para que, ahora, en producción, visibilidad, capacidad de captación de recursos, y en liderazgo de proyectos seamos mejores. Y no es porque los demás hayan estado parados, es porque el Instituto de Neurociencias se ha movido más rápido. Y se ha movido más rápido como para sobrepasar al que fue nuestro modelo. La clave del éxito es anteponer el proyecto por encima de personalidades.

¿Qué posición ocupa en el terreno internacional?

Estamos entre los cinco mejores de Europa y entre los diez mejores del mundo, en investigación del sistema nervioso. Y eso pese a seguir siendo un instituto joven. Yo soy de la segunda generación, la primera es la de Carlos Belmonte, y debajo de mi generación vienen los mejores, como Ángela Nieto, María Domínguez, Víctor Borrell, o Santiago Canals, que ha sido nombrado como uno de los diez científicos más influyentes de Neurociencias. El patrimonio más importante que tiene el instituto es el talento y la juventud. Lo único que tenemos que hacer es mantener el convencimiento de que el proyecto es bueno, y que debe estar por encima de las individualidades.

¿Cuántos investigadores trabajan actualmente?

El instituto tiene 300 personas, de las que cuarenta son los líderes de grupo. El Consejo acaba de sacar dos plazas nuevas. Afortunadamente, estamos creciendo por el Consejo, pese a que también ha reducido mucho sus plazas, y la Universidad está bloqueada y no nos permite crecer. Cuando se jubile la primera generación, quedará la mía, y por debajo no quedará nadie de la Universidad.

¿Qué puede suponer este bloqueo en la Universidad?

Las restricciones en la reposición de personal supone un problema en la Universidad, que tiene una joya, con una potencialidad increíble, en la que es partícipe al 50%, y que está en el campus, pero donde se está quedando sin personal. Por eso les pido que sean elásticos con nosotros, tienen que jugar un papel relevante. La Universidad está bloqueada en cuanto a la creación de plazas a nivel general, y eso afecta al instituto.

¿Que porcentaje de personal tiene cada parte?

Actualmente tenemos un 50% de personal de la Universidad y un 50% del Consejo, pero está muy próxima la jubilación de compañeros de la UMH, por lo que si no aumenta su presencia se quedará con muy pocos. La Universidad tendría que sacar plazas de profesores para traer a los mejores y que, además, impartan clase. Ahora hay un capital humano por el mundo increíble, que hay que captar. Todas las semanas tengo entrevistas con gente joven que está deseando entrar, y que viene con proyectos que ya tienen financiación, lo único que quieren es un contrato y una plaza.

¿Cómo están las cosas en cuanto a financiación económica en Neurociencias?

El capital humano que tenemos nos permite tener una buena financiación. Estamos bien considerados dentro de la Universidad y el Consejo, tenemos buena financiación en lo que es el suelo de la infraestructura. Pero sobre eso necesitamos dinero para trabajar. Y eso lo hacemos muy bien, somos muy competitivos. Algo que es muy poco frecuente. Ningún instituto de Europa, y pocos del mundo, tienen más dinero competitivo que dinero institucional, como sucede en el nuestro. Que seamos capaces de conseguir más del 50% de nuestra financiación en proyectos europeos, internacionales. Significa que somos muy buenos, y nos permite tener calidad en nuestro trabajo.

¿Qué presupuesto manejan en el centro?

El Instituto de Neurociencias ha gastado 111 millones de euros en los últimos diez años, unos diez millones al año, de los que menos de la mitad vienen de la Universidad y el Consejo. El resto viene de fuera.

¿Cómo se las apañan para que llegue el dinero?

Escribiendo un proyecto inteligente, interesante y original. Nuestros científicos son capaces de competir en Bruselas con los franceses, ingleses, alemanes e italianos, y traer proyectos a Alicante. El Instituto de Neurociencias es un saco de talento.

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