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Palomas que quitan la paz

Malestar en el Paseo de las Germanías ante la masiva presencia de estas aves junto a los niños

Varias palomas se mezclan con los niños que juegan en el parque del Paseo de Germanías. antonio amorós

Mientras en el resto del mundo la imagen de la paloma se asocia con la paz, en un rincón de Elche sucede todo lo contrario. El parque del Paseo de las Germanías, frente al colegio Miguel de Unamuno, es uno de los lugares más frecuentados por unas aves que despiertan recibimientos dispares. Ya instaladas como huéspedes, su llegada incluso se rige a horarios, el que marcan las manos amigas que cada mañana, cuando se aproxima el mediodía, poblan los bancos acompañadas de bolsas de comida expresamente conseguidas para alimentar a las palomas. El masivo banquete coincide con el final de las clases de Primaria y un sinfín de niños se agolpan sobre los columpios y toboganes para cohabitar con los pájaros sin aparentes problemas. Pero se desata el conflicto.

«A los críos les hace gracia perseguir a las palomas y muchas veces juegan con ellas sin saber el peligro que supone», advierte una de las madres a las que indigna la buena acogida y, sobre todo, alarman las consecuencias. «El contacto puede contraer enfermedades y no sólo cuando las tocan, ya que dejan restos por todo el parque», argumenta una y refrenda otra: «Por algo las llaman las ratas del aire». La impotencia de este grupo contrario a la relación entre las palomas y sus hijos crece al aceptar que la única medida a realizar es poner sobre aviso a los chavales. «Cuando pedimos a la gente que les da de comer que dejen de hacerlo, se te echan encima», asumen ante un ejercicio alzado a afición entre personas mayores de la zona.

Pese a la postura de la mayoría, otros de los cuestionados opinan diferente: «Me parece exagerado porque siempre ha habido palomas y al final vamos a acabar metiendo a los niños en urnas de cristal», ironizan. Sin embargo, los profesionales recomiendan prevenir y dan la razón al sector más agorero: «Las palomas son un foco de parásitos, tanto externos como pulgas y piojos, como internos a través de las heces», explica la veterinaria Laura Vaillo, quien enumera algunos ejemplos de zoonosis -enfermedades transmitidas por animales a humanos- como la salmonella, la giardiasis o la toxoplasmosis. «Lo apropiado sería que desde el Ayuntamiento se llevara una correcta desparasitación de esas aves», apunta como remedio a la situación.

La batalla contra los animales en el Paseo de Germanías no acaba con los voladores. La protección maternal también señala a los perros y, especialmente, a sus dueños. Acusan de haber encontrado en más de una ocasión excrementos sin recoger y aseguran que los canes llegan a campar sueltos por el jardín. Frente al testimonio, un joven pasea a su mascota debidamente controlada con correa. «No es mi caso -defiende-, pero puedo llegar a entender que los liberen ante la carencia de zonas específicas para perros que existe en Elche», sostiene. Animales y humanos, bandos opuestos en el Paseo de las Germanías.

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