La concejalías de Sanidad y Urbanismo de Elche disponen de informes al menos desde 2008 que reconocen y analizan el problema que los edificios del barrio de San Antón padecen por la excesiva acumulación de heces, nidos y cadáveres de palomas en los falsos techos de las plantas superiores. Dichos informes apuntan a que la entrada de aves por huecos entre la azotea y los techos de las viviendas superiores se deben a la falta de mantenimiento sostenida a lo largo del tiempo y no a defectos constructivos, si bien apuntan a que algunos de los materiales empleados en la edificación están seriamente degradados por el paso de los años o la lluvia.
Después de que los vecinos hayan registrado a nombre del alcalde una treintena de escritos pidiendo que se controle la población de palomas en el barrio y que se encuentre una solución para el problema higiénico-sanitario que padecen en sus edificios, el Ayuntamiento explica que un estudio realizado por le empresa Eurolosa Construcción y Rehabilitación S.A. en 2008 por encargo de la empresa municipal Pimesa «detalló que las características del conjunto de edificio del barrio de San Antón, cuyas últimas viviendas presentan falsos techos de cañizo, y la falta continuada de mantenimiento de las cubiertas, provocaba que ya en esa época existían tejas desplazadas de su lugar original, lo que facilitaba la entrada de agua en su interior, por lo que en muchas ocasiones los techos de escayola presentan manchas de humedad y desprendimiento de la pintura».
Hace ya siete años desde que se acreditó «una acumulación de suciedad excesiva por la nidificación de palomas y todo tipo de animales, que por oquedades consiguen entrar en el interior de la cubierta», plantean desde el Ayuntamiento, añadiendo que también allí «se llegaron a detectar escombros de obras realizadas en las viviendas». El informe elaborado por Eurolosa determinaba además que las aves acceden por la zona de ventilación existente en los edificios «entre el muro de cerramiento de la fachada y el alero de la cubierta». La antigüedad de los edificios, el progresivo deterioro por falta de mantenimiento y la naturaleza de algunos materiales como el cañizo que separa la estructura de la cubierta de la vivienda (y que con los años se ha degradado) son el caldo de cultivo para la situación en la que se encuentran varias viviendas, en las que parte de los techos se han desplomado en el último mes.
Años de acumulación
Por otro lado, el consistorio dispone de un informe de la empresa CTL (adjudicataria del control de insectos, ácaros, ratas y palomas en el municipio) en el que señala que «para que se pueda producir un derrumbe de las escayolas de las viviendas por excrementos de palomas son necesarios muchos kilos y muchos años de acumulación». La empresa añade que las palomas no tienen en el barrio su zona de alimentación sino de cría, y que por ello los esfuerzos que se están haciendo para erradicarlas atrayéndolas con comida no están dando resultados.
Así, la conclusión de las áreas de Urbanismo y Sanidad es que para solventar el problema es necesario apostar por «la prevención, el mantenimiento y la conservación de las viviendas», dado que tampoco el apuntalamiento que desde hace años ha estado acometiendo el Ayuntamiento con gastos de hasta dos millones de euros es efectivo.
Así, anuncian que el Consistorio «actuará en la medida de lo posible para solucionar un problema que no es nuevo, que viene de hace muchos años y que, por lo que señalan los informes técnicos, habría requerido de un mantenimiento regular de las viviendas para haber evitado lo que en la actualidad se está produciendo».
