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«Una bendición, por poco que sea»

El campo recibe con agrado los apenas diez litros de lluvia como un beneficio unánime

Un agricultor, ayer en un campo de Elche entre granados y almendros. antonio amorós

Por pocos litros que caigan, buenos son para el campo. Así se lo toman lo agricultores, que con ocho o diez litros por metro cuadrado estaban ayer contentos con el agua caída del cielo sobre los campos en los que hay productos de invierno que se estaban asando de calor, hortalizas recién plantadas a las que se les puede ahorrar un riego, cítricos cuyos frutos necesitaban engordar o árboles de secano que sacarán las yemas con mucho mayor vigor después de que la madera haya absorbido algo de humedad.

El presidente de Asaja en Alicante, Eladio Aniorte, se mostraba ayer muy contento: «Esto es una bendición por poco que sea, era tanta la falta que teníamos de que ocurriera que sólo con tres o cuatro dedos que cale el agua en la tierra ya es una alegría paras las plantas de coles, lechugas, patatas que están a punto de brotar, brócolis que se acaben de plantar... Y no sólo eso, sino que para los cítricos es importante que se mojen las hojas y engorde el fruto, y para los árboles que están invernando (almendros o granados) el hecho de que se moje la madera permite que se hinche para cuando comience a salir la yema... Es una pena que no hayan caído veinte, treinta o cuarenta litros, pero ha sido un día bueno para el campo porque esta lluvia no ha molestado a nadie».

A pie de campo, Gaspar Alemañ, agricultor del año de Asaja en Elche, subrayaba ayer que «con poco nos conformamos, hacía falta y a la hortaliza le ha venido muy bien porque con el invierno que llevamos detrás estaba todo desfasado y la llegada del frío nos va a venir de maravilla... veníamos de un panorama negro, ya nos parecía que se iba a olvidar de llover». Ese deseo de que llegue el frío se repite desde hace ya semanas, cuando el sector se dio cuenta de que las altas temperaturas estaban perjudicando a las plantas y a los árboles (que en algunos casos como el del almendro estaban adelantando su floración) y también a la demanda, puesto que países europeos que debían estar importando a estas alturas aún podían producir.

Por otro lado, el presidente de Riegos de Levante, Javier Berenguer, consideró que la lluvia realmente beneficiosa para la provincia sería la que ha de descargar sobre la cabecera del Tajo para llenar los embalses y favorecer el trasvase al Segura.

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