Los sindicatos UGT y CC OO, que se encuentran en plena negociación del convenio colectivo del calzado con la patronal, denuncian la contradicción que se produce en un sector en el que, a la vez que experimenta una paulatina recuperación, ve cómo de forma paralela se incrementa el número de empleados que trabaja sin contrato.
Y es que según los sindicatos, desde que se inició la crisis la economía sumergida en el calzado se ha incrementado en torno a un 8%. Un incremento que coincide en los últimos años con la recuperación de un sector que ha incrementado sus exportaciones en un 36% en el mercado internacional en 2013.
«Está claro que no hay una voluntad firme de acabar con la economía sumergida en el calzado», denuncia Martín Carpena, secretario general de CC OO en la comarca. Carpena apunta que «no hace falta irse a producir a China, para los empresarios es más rentable producir aquí con parte de sus empleados sin dar de alta».
Según el representante de CCOO, «la crisis ha favorecido la economía sumergida por dos factores fundamentales. Por una parte, ante una situación en precario, la gente se dedica a bordear la legislación aprovechándose además del trabajador que está en paro y que necesita llevar alimento a su casa. Por otra, el incremento de los impuestos. Sube la presión fiscal, pero no los ingresos».
Por su parte, Ismael Senent, secretario general comarcal de UGT, explica que «el crecimiento de la economía sumergida ha sido favorecido por la reforma laboral. El Gobierno está permitiendo que se dé esta situación porque interesa a ciertos sectores».
Senent considera que, aunque es muy complicado hablar de datos, la economía sumergida en el calzado ronda el 30% del total.
Así, de las 44 empresas clandestinas intervenidas por la Policía Autonómica en pasado año, el 60% fueron empresas relacionadas por con el calzado. La mayoría de trabajadores localizados estaban sin contrato ni alta en la seguridad social.
«Según los datos oficiales, la pensión media en la provincia de Alicante está 140 euros menos que la media nacional, algo que viene motivado por la economía sumergida y lo que estos trabajadores dejan de cotizar», apunta Carpena.
Para el sindicalista «la economía sumergida es una auténtica lacra social en la que se dan tres situaciones. Por una parte, la competencia desleal entre las empresas que actúan al margen a la ley y las que cumplen con ella; por otra parte, el daño que se hace a la hacienda pública por el dinero que se deja de ingresar y en tercer lugar, la situación que genera en los trabajadores, que al no cotizar, se quedan sin derecho a paro y sin derecho a pensión de jubilación».
«Encima aún hay quien cuestiona al trabajador», denuncia Senent que añade que «esta situación se da porque a algunos empresarios les interesa tener así a sus trabajadores. Los trabajadores sólo piensan en llevar un sueldo a casa para comer y saben, como muchas veces les dicen, que si no le gusta su situación en la calle hay otras 20 personas esperando ocupar su plaza».
«Es necesario que la sociedad se conjure para acabar con la economía sumergida. Las instituciones se deben implicar y hacer más efectivas las campañas de inspección de trabajo. Y todo ello acompañado de campañas de concienciación», concluye Carpena.
