Nikos Vergos volvió a tener una oportunidad. El domingo, ante el Girona, saltó al campo en el 75 en lugar de José Ángel, después de 1.155 minutos, casi trece partidos, en el ostracismo. Su última presencia en el césped había sido el 13 de febrero en Tarragona. El público lo recibió con una sonora ovación después de tantos encuentros sin verlo sobre el césped. «Me alegra que tenga el cariño de la afición. Necesitábamos dos delanteros en el área, más la llegada de Álvaro, porque se iban a generar muchos centros, y Nikos es especialista en ese tipo de acciones. Lo sacamos para tratar de aprovechar sus virtudes y ofreció posibilidades al equipo», reconocía Rubén Baraja.

Pese a que al equipo le falta gol, salvo en el caso de Sergio León, su presencia en la nómina franjiverde ha sido hasta ahora testimonial jornada tras jornada, más cerca de la grada que del césped. De hecho, tras jugar en Tarragona sólo había estado en el banquillo en el duelo ante el Huesca, El resto lo vivió fuera de la lista de elegidos.

Mientras el resto de compañeros de ataque han disfrutado de minutos de juego, el internacional griego sub'23 sólo ha sumado 157 minutos en lo que va de Liga, repartidos en nueve partidos. En ellos, ha mostrado una efectividad impresionante, ya que ha marcado dos goles, en los instantes que estuvo en el campo en los encuentros ante Llagostera y Mirandés, de la primera vuelta.

Al margen de que en ambos partidos el Elche cayó derrotado, sí demostró que puede tener un sitio en el equipo. Incluso en el amistoso jugado por el equipo en Oliva ante el Dalian Yifang (2-1) también batió en una ocasión al meta rival. Si nos atenemos a la competición liguera, marca un gol cada 78.5 minutos.

De aquí a final de la competición Nikos Vergos confía en tener más minutos, aunque el estilo de juego que pone en liza cada jornada Rubén Baraja no le beneficia mucho.