El meta catalán Becerra demostró ayer en el estadio Martínez Valero los motivos por lo que es el «Zamora» de la Liga Adelante. Suyas fueron las paradas que impidieron que el Elche sumara los tres puntos en un partido intenso en el que los dirigidos por Rubén Baraja supieron levantar la cabeza a pesar del gol en frío recibido, en el minuto 8, tras una jugada defendida sin la oportuna contundencia, obra de Granell. No se tiró el partido, se supo empatar en una gran segunda parte, gracias a un autogol de Clerc. Sólo faltó hacer el segundo para que el fútbol fuera justo con los locales, que pusieron el fútbol y las ocasiones, pero que al final tuvieron que conformarse con el empate y mirar la zona de privilegio a dos puntos.

Los ilicitanos, con un hombre más por la expulsión de Alcalá, en el minuto 41, tuvieron sus momentos importantes, el equipo compitió bien, pero le faltó el gol. Álvaro, Armando, Héctor y Sergio León los tuvieron en sus botas y cabeza, pero el balón no quiso entrar, y, cuando eso ocurre, sólo cabe mirar hacia adelante. Quedan cuatro jornadas para el final de la competición y todo puede ocurrir si se juega con la intensidad mostrada ayer delante de su afición. Serán finales y este equipo está capacitado para conseguirlo. No hay nada perdido dada la igualdad que reina en los equipos que luchan por meterse en la zona de promoción.

Un golazo de Granell permitió al Girona adelantarse en el marcador en el minuto 8 y que su equipo jugara cómodo y a favor de obra. Los catalanes ya habían demostrado en esta Liga que son el conjunto más sólido defensivamente de la categoría, fuerzan el error del rival y cuenta con dos laterales muy rápidos que rompen por banda. Todo eso lo sabía Rubén Baraja y situó a Cristaldo en la medular, en lugar de Héctor, para tratar de ganar la batalla en la zona de creación.

Pero, el gol catalán, que llegó por una serie de errores atrás, y la falta de contundencia en Pelayo para despejar un balón al borde del área, propició que a los franjiverdes que se les pusiera más difícil el duelo.

El Elche quiso, pero no pudo romper la tela de araña rival y las llegadas al área de rival fueron prácticamente una utopía. Cristaldo nunca fue el enlace buscado y Sergio León estuvo muy solo adelante. Tan solo Álex Moreno provocó alguna escaramuza por su banda.

La expulsión de Alcalá, en el minuto 41, propició que el Girona saliera tras el descanso cerrado atrás y con la intención de defender con uñas y dientes su ventaja. Trató de frenar el partido, de que no se jugara lo más mínimo y que el reloj fuera avanzando hacia el final.

Pese a ello, el Elche supo leer a la perfección el desarrollo del encuentro, no cayó en la desesperación, abrió el campo por las bandas, sobre todo por la de Álex Moreno, que apoyado por Noblejas, provocaron un agujero en la muralla gerundense. Los centros de ambos fueron numerosos pero el gol no quiso llegar. En uno de ellos, Álvaro no acertó a encontrar puerta con todo para llevar el balón dentro de la red. Luego, Armando, en una jugada de estrategia, tampoco estaba acertado con su remate y el esférico se le iba arriba.

Baraja metió una marcha más en el 57, puso en el campo a Héctor en lugar de Pelayo y el equipo ganó en llegada. En pleno dominio ilicitano, también tras un córner, Clerc quiso despejar un balón, con Álvaro apretando, y se metió el balón dentro de su portería. La pelota la puso en el área Álex Martínez, que había salido en lugar de Noblejas, para darle «más madera» a la banda izquierda, donde flaqueaba el riva. La apuesta de Baraja fue valiente y acertada, aunque estéticamente fea, por aquello de cambiar un defensa por otro.

Los franjiverdes vieron el cielo abierto y se lanzaron como posesos hacia la victoria, pero, en los 15 últimos minutos, faltó puntería para culminar la remontada y Becerra estuvo supremo bajo los palos.

Al canario Héctor, al que nadie le puede negar su entrega y personalidad, se le hace pequeña la portería cada vez que dispara a puerta, tuvo una muy clara, pero el «Zamora» sacó en última instancia. El meta del conjunto gerundense volvió a erigirse en el salvador de su equipo minutos más tarde tras un remate a bocajarro de Sergio León. Armando volvió a tener otra ocasión, pero su remate de cabeza se marchó fuera. El Elche murió en el área rival, pero el fútbol se mostró injusto con sus méritos. Incluso llegó a tener más posesión que su rival, pero no se pudo culminar la remontada.