José Sepulcre, presidente del Elche CF, acaba de anunciar en rueda de Prensa que la entidad ilicitana ha logrado firmar con un Fondo de Inversión, que por confidencialidad no se se ha dado su nombre, un préstamo por 20.500.000 euros con un interés inferior al 5 por ciento y con un plazo de devolución de 15 años. A juicio del máximo dirigente franjiverde dicha operación «ni hipoteca, ni grava ninguno de los derechos del club». Se hace con una garantía, gracias a un seguro de cobertura, y «evidentemente con la firma el Elche CF». Sepulcre ha señalado que este crédito «permite la viabilidad del Elche tanto en Primera como en Segunda División, da tranquilidad económica y evita entrar en un concurso de acreedores, que hubiera sido lo más fácil». El presidente franjiverde señala que de esta manera «se va a intentar cumplir con todo el mundo y ser un club que pueda seguir funcionando sin problemas». El presidente franjiverde calificó de «éxito» la operación y con ella confía que en los próximos días la Liga de Fútbol Profesional (LFP) aumente su límite presupuestario y le permita dar el alta al centrocampista Mudingayi, que lleva varias semanas entrenando esperando que le tramiten su ficha, así como contratar un lateral derecho y un hombre de banda polivalente. La deuda ha quedado estructurada y de ser a corto plazo pasa a serlo a largo.

Sepulcre aprovechó su comparecencia pública para explicar sus imputaciones en el llamado «caso Wakaso» y en el tema del parking del Martínez Valero y señaló que «se me imputa por estar defendiendo los intereses del Elche CF». Confesó que «me dolería que me hubieran imputado por haber hecho una actuación mala dentro del Elche buscando un interés personal» Y dejó claro que si por defender al club ilicitano «tengo que poner en peligro mi patrimonio y mi imagen personal, lo siento, es un riesgo que corro, es un peaje que debo pagar, pero lo seguiré haciendo siempre que sea el presidente de este club». En ningún momento ha pensado en abandonar y desea dejar claro que «la imputación no quiere decir nada. Es un estado procesal sin más. Estoy tranquilo porque nos asiste la razón y no me siento obligado a irme».