Las autopistas de peaje también se benefician de la mejora de la situación económica, que les está permitiendo recuperar parte de los usuarios que perdieron con el estallido de la crisis y la parálisis que sufrió la actividad. De esta forma, desde que tocó fondo en el año 2013, el volumen de tráfico de las vías de peaje ya se ha incrementado en más de un 19% en la provincia, donde existen tres carreteras con estas características: la AP7 entre Alicante y Valencia, que gestiona Aumar, del grupo Abertis; la Autopista Alicante-Cartagena, de Ausur; y la Circunvalación de Alicante, que construyó la concesionaria Ciralsa pero que en estos momentos se encuentra en manos del Estado, tras la quiebra de esta mercantil.
Según los datos oficiales del Ministerio de Fomento, estas tres autopistas sumaron el año pasado una media de 46.329 usuarios diarios, lo que supone 7.439 más de los que registraban en 2013 aunque todavía 12.000 por debajo de los que llegaron a tener en el año 2007, hasta la fecha el de mayor tráfico para estas vías, con 58.248 vehículos por jornada. No obstante, hay que tener en cuenta que en este tiempo se ha puesto en marcha la denominada Autovía Central, que conecta Alicante con Valencia a través de Alcoy sin necesidad de pagar peaje, lo que ha desviado parte del tráfico que antes circulaba por la costa.
Por su parte, el número diario de vehículos pesados que utilizaron las autopistas alicantinas -un indicador que aún refleja más claramente la recuperación de la actividad- se situó en 3.395 el año pasado, igualmente un 19% por encima del año 2013. «El tráfico es muy elástico y varía notablemente en función de la situación económica. Del mismo modo que puede caer drásticamente cuando hay una crisis, si se produce una mejoría hay más movimientos de mercancías, más desplazamientos al trabajo y, en el caso de Alicante, también se nota mucho la llegada de más turistas», señala el profesor de Urbanismo y Planificación del Transporte de la Universidad de Alicante, Armando Ortuño, que pronostica que la cifra de usuarios de estas vías seguirá al alza en los próximos ejercicios, para alegría de sus concesionarias.
Sorpasso
En cuanto a la situación de cada una de las vías, lo primero que llama la atención es que se ha producido un sorpasso durante los años de crisis y la autopista Alicante-Cartagena ha superado a la AP7 entre Alicante y Valencia como la vía de pago más transitada de la provincia, aunque también hay que tener en cuenta que Fomento no aclara si en sus estadísticas sobre esta vía también incluye los recorridos libres de peaje que pueden realizarse entre diversas poblaciones de la Vega Baja. En cualquier caso, resulta llamativo que la vía gestionada por Ausur es la única que ya supera el volumen de tráfico que registraba antes de la crisis, con 20.836 vehículos diarios el año pasado, frente a los 20.410 de 2007. De hecho, estos buenos datos permitieron que la concesionaria evitara casi «in extremis» caer en el concurso de acreedores, al lograr una refinanciación de su deuda por parte de la banca gracias al aval de este aumento de negocio.
Peor suerte corrió la Circunvalación de Alicante, que entró en suspensión de pagos en el año 2013 y desde el pasado 1 de abril forma parte del paquete de ocho autopistas que ha tenido que rescatar el Estado para evitar su cierre. De nada ha servido que en estos cinco años haya logrado incrementar su tráfico más de un 22% ya que los costes de su construcción fueron mucho mayores de lo presupuestado y su número de usuarios nunca alcanzó las cifras previstas. Ahora está a la espera de que el Ministerio de Fomento vuelva a sacarla a licitación, en un lote junto a la autopista Cartagena-Vera, a lo largo de este año.
Por su parte, la concesión de Aumar es la que más alejada sigue de las cifras que registraba antes de la crisis y la que menos tráfico ha recuperado, con un incremento del 16,8% sobre las cifras de 2013. La autopista que conecta Alicante y Valencia por la costa y que sirve de vertebradora de los principales municipios turísticos llegó a tener hasta 29.411 usuarios diarios, de los que perdió casi un 45% tras el estallido de la crisis, si bien es cierto que toda la caída no puede atribuirse únicamente a la recesión. En este caso, la filial del grupo Abertis es la principal damnificada de la apertura de la Autovía Central por Alcoy y también de las mejoras introducidas en algunos tramos de la N332.
En este sentido, hay que recordar que, tras las prórrogas concedidas, la concesión de esta autopista expira en diciembre del próximo año y el Gobierno todavía no ha dejado claro qué ocurrirá con ella. De hecho, ha abierto la puerta a mantener algún tipo de peaje blando. De la rentabilidad del negocio da cuenta que Aumar, que explota la AP7 desde Alicante hasta Tarragona, cerró el año pasado con un beneficio de 135 millones.
