Cinco años más de paciencia. Es el plazo que queda por delante para llegar a 2019 y dar carpetazo al histórico peaje de la autopista AP-7 en la Comunidad Valenciana, que ha acompañado a los ciudadanos de Castellón, Valencia y Alicante durante casi medio siglo. Sin un euro en la caja que permita adelantar fechas y pagar la millonada que supondría un rescate inmediato, el Ministerio de Fomento tiene ya claro, según han confirmado fuentes del Gobierno, que una vez finalice la concesión la AP-7 será gratuita. Esta opción viene siendo reclamada desde hace años por numerosos colectivos sociales, ciudadanos y políticos, y ahora, con la presión de la elevada siniestralidad que soporta la N-340 en la provincia de Castellón, parece llegar a buen puerto.

La postura oficial se dará a conocer previsiblemente mañana, día en el que el subdelegado del Gobierno en Castellón, David Barelles, tiene prevista una reunión con la plataforma de afectados que se ha creado en la capital de la Plana en defensa de una solución inmediata a la peligrosidad de la N-340 en esta zona. En cualquier caso, las fuentes consultadas asegura que «es una decisión firme» del Ejecutivo no renovar más la concesión a partir del 31 de diciembre de 2019, última fecha fijada hasta ahora para la liberalización de la vía. Esto supone, en la práctica, tomar la decisión más lógica y barata: dejar en el tintero proyectos parados o ni siquiera iniciados -en la provincia de Alicante, las variantes de Altea, Benissa y Gata de Gorgos en la N-332, por ejemplo- y no pagar nada por eliminar el peaje de la autopista.

La concesionaria Autopistas del Mare Nostrum (Aumar), actualmente integrada en el grupo Abertis, se constituyó en 1971 para construir y explotar la autopista paralela al litoral mediterráneo, en el tramo comprendido entre las proximidades de Tarragona y Alicante. De esta forma, cuando finalice la concesión, si se cumple lo anunciado, habrán transcurrido ya 48 años. La ejecución de al autopista se desarrolló por tramos, de forma que la primera inauguración en la provincia se produjo en junio de 1976, entre Sant Joan d'Alacant y Altea. En abril de 1979 se abrió el tramo entre esa última localidad y Ondara; para entonces ya estaba en servicio todo el recorrido entre Tarragona y Puçol (Valencia), así como entre Silla y Xeresa, al sur de la capital del Turia. En marzo de 1985 culminó el itinerario Alicante-Valencia con la inauguración del tramo de Ondara a Xeresa, mientras que la larga circunvalación de Valencia se abrió, ya sin peaje, en el año 1992.

Atajar la siniestralidad

La primera opción para zanjar la concesión se lanzó en 1997, nueve años antes de la primera fecha prevista para liberalizar la autopista. Sin embargo, los entonces presidentes del Gobierno, José María Aznar, y de la Generalitat, Eduardo Zaplana, decidieron prorrogar el peaje 13 años más, hasta el 31 de diciembre 2019, con muchas voces en contra.

La solución, en cualquier caso, genera dudas sobre los pasos a dar a corto plazo para paliar la siniestralidad de la N-340 en Castellón y la N-332 en Alicante. En la primera han perdido la vida seis personas en tan sólo dos meses. Por su parte, en las comarcas alicantinas de la Marina Alta y la Marina Baixa, la carretera alternativa a la AP-7 concentra varios condicionantes que también configuran una alta accidentalidad: una elevada densidad de tráfico -sobre todo desplazamientos de pequeño recorrido-, varias travesías muy largas y un recorrido sinuoso. Es habitual que esta vía se sature en verano.