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En la provincia

Más de 14.000 hogares con algún parado sobreviven con la pensión de los abuelos

El número de familias que se encuentran en esta situación se ha duplicado en relación al primer año de la crisis

Protesta en Alicante por la escasa subida de las pensiones

Protesta en Alicante por la escasa subida de las pensiones

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Protesta en Alicante por la escasa subida de las pensiones Rosa Carrizosa

«Mi hijo está en paro y con la pensión del padre le apoyamos para que salga adelante. Le ayudamos a llenar la nevera, que se vacía pronto, y los nietos vienen a comer y a merendar», así explicaba Paqui, de 67 años, la realidad que viven en su casa como consecuencia de la crisis y del «deterioro del empleo». Una situación muy similar a la que viven muchas familias en Alicante. El hijo de Paqui y Ramón (68 años) percibe el subsidio del paro, «apenas 400 euros, con lo que no le llega para cubrir los gastos», incide Ramón, de cuya prestación (unos mil euros) se destina una parte a apoyar económicamente al hijo.

Pero también hay otros casos en los que un pensionista es la única persona de referencia de la vivienda, donde, además, alguno de sus miembros está sin trabajo. Es decir, que estas familias tienen que llegar a final de mes dependiendo exclusivamente de la prestación del abuelo. En estas circunstancias hay más de 14.000 hogares en la provincia. La cifra representa justo el doble de la de hace diez años, ya que en 2007 -cuando comenzó la crisis- en Alicante eran 7.000 las familias que se encontraban en esta situación, según la comparativa de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre de los años 2007 y 2017.

Paqui y Ramón participaban ayer en Alicante en la concentración para protestar por la «ridícula» subida del 0,25% de las pensiones, que se celebró frente a la sede de la Subdelegación del Gobierno. La movilización estaba convocada por los sindicatos CC OO y UGT; y estuvo apoyada por miembros de otras entidades de pensionistas de la provincia, así como por representantes de fuerzas de izquierda. Los concentrados consideran que la actualización de las prestaciones es «raquítica, ya que ha supuesto uno o dos euros más de incremento medio, es decir, una subida de miseria que no se corresponde con el aumento de los precios del agua, el gas, la electricidad y, en definitiva, que no está acorde con el encarecimiento de la vida», según denunciaron CC OO y UGT en el manifiesto leído durante la movilización.

Recortes a los jubilados

Los sindicatos alertaron sobre esta situación que viven muchas personas y criticaron al Gobierno, porque, «desde una posición unilateral, vuelve a condenar a más de 281.000 pensionistas alicantinos. Se trata de una política premeditada de recorte y de desgaste de la calidad de vida de los jubilados», insistieron en el manifiesto.

Una crítica que compartía Victorina, de 74 años. Ella y su marido también tienen que ayudar a su hijo, «que perdió el empleo y le han vuelto a contratar, pero sólo a media jornada. Y con 600 euros al mes, ¿cómo puede sacar adelante a su familia? Pues le tenemos que ayudar. Y la pensión de mi marido es de unos 800 euros, después de estar 45 años trabajando», se queja Victorina, quien también dice que ayuda «un poco» en sus gastos a su nieto, que es estudiante. Además, incide en que «el problema no somos nosotros, sino el futuro que les espera a los jóvenes».

Los sindicatos exigieron al Gobierno que «el crecimiento de la economía se traslade a los salarios, y que impulse la mejora de la protección social, con pensiones sostenibles y suficientes, que permitan una vida "digna"».

Dolores no está jubilada, pero estaba en la concentración con su marido, pensionista desde hace dos años. Ellos no entrarían en el grupo de hogares con parados que sobreviven con la prestación de un jubilado, pero sí consideran que la «actual situación de los pensionistas es para que un presidente del Gobierno se siente y recapacite», asegura Dolores, quien insiste en que esta realidad «es un problema que sufre gran parte de la población, ya que hay más personas mayores que jóvenes». Su marido, Joaquín, lleva dos años retirado, tras haber trabajado 51 años y cotizado. «Y los discursos del Gobierno y los que se hacen desde otros ámbitos te hacen sentir mal porque parece como si vivir más años fuera malo para la sociedad, y que nos estuviéramos aprovechando de algo, cuando, en realidad, percibimos la prestación porque hemos trabajado y cotizado muchos años».

Miguel Ángel, por su parte, participaba en la concentración porque está «indignado» por la «subida miserable» que le ha supuesto a su padre la actualización de su pensión, «que no llega ni al euro al mes. Vale más lo que ha costado al Ministerio el envío de las cartas informando de la actualización que el aumento de las prestaciones», criticaba.

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