Apenas hace seis años -en 2011- que la Generalitat autorizó su puesta en marcha y reguló su funcionamiento pero los locales y las máquinas de apuestas deportivas se han convertido ya en uno de los negocios relacionados con el juego que más dinero mueven en la Comunidad Valenciana. Al menos así se deduce de la última memoria del sector que acaba de publicar el Ministerio de Hacienda y que recoge que el año pasado los valencianos se dejaron nada menos que 292 millones de euros en estos establecimientos.

Una cifra que supone incrementar en un 22% los ingresos del año anterior pero que, además, supera a la recaudación que obtuvieron en la autonomía el conjunto de juegos de la ONCE (225 millones), los casinos (218 millones) e, incluso, el bingo tradicional (270,3 millones), aunque en este último caso, si se sumara también la modalidad de bingo electrónico (75 millones), seguiría por delante.

En cualquier caso, las cifras dejan claro el éxito de estos salones que, en parte, se debe a que han sabido atraer a un público joven, que ha hecho de estos establecimientos uno de sus puntos habituales de reunión. Además, su presencia ha servido para romper el tabú que pudieran tener otras generaciones más mayores, y la variedad de sus usuarios es cada vez más amplia.

Loterías, la que más factura

En términos absolutos, la memoria cifra en 2.103 millones de euros el dinero que los residentes de la Comunidad Valenciana destinaron a los principales juegos de azar durante el año pasado, lo que supone un incremento del 5,8% sobre las cifras de 2015. Eso sí, esta cantidad no incluye ni las máquinas tragaperras de los bares ni las cantidades que se juegan a través de internet en los casinos o las casas de subastas «on line», de las que Hacienda no da un desglose por autonomías. De las cifras que sí aparecen territorializadas, es el ente Loterías del Estado el que más factura en la Comunidad, con un total de 1.027 millones de euros en 2016, prácticamente la misma cifra que el ejercicio anterior. Eso sí, con algún cambio en su distribución. Mientras aumentas las ventas de Lotería Nacional (de 620 a 633 millones) se reducen las cantidades jugadas en la Primitiva y el resto de sorteos similares.

En el caso de la ONCE, la recaudación pasa de 215 a 225 millones gracias al tirón de los «rasca» y el resto de juegos de lotería instantánea que ha puesto en marcha la organización y que han permitido compensar el estancamiento de las ventas del cupón diario. Del mismo modo, en el caso de los bingos se redujo la cantidad que los jugadores gastaron en el juego tradicional (de 270 a 264 millones) pero se triplicaron los ingresos por el bingo «on line» -las partidas que se juegan en varias salas interconectadas y que permiten aspirar a premios mayores-, que pasaron de 21 a 75 millones.

Por último, la facturación de los casinos de la autonomía ascendió a 218 millones, tres más que en el ejercicio anterior gracias a que sus visitantes se dejaron más dinero en las máquinas recreativas aunque redujeron las cantidades que apostaron en las mesas.

Juego online

Pero si hay un segmento dentro del negocio que está creciendo con fuerza -además de los locales de apuestas- es el juego «on line». A nivel nacional -no hay datos por autonomías- ya mueve 10.885 millones de euros, un 27% más que en 2015, y la tendencia al alza parece imparable. De momento, eso sí, el juego presencial aún gana la partida, con algo más de 25.000 millones de facturación.