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Tiempo de los «contratos cerilla»

Dos de cada cinco nuevos empleos para mayores de 45 años en Alicante son a tiempo parcial

Joaquín Borrell tiene 56 años y encuentra empleos esporádicos de corta duración. Héctor Fuentes

El último trabajo de Joaquín, de 56 años, acabó el 4 de octubre y fue de 15 días cubriendo la sustitución de un conserje. Éste ha sido el cuarto contrato desde que hace tres años se quedara sin empleo. Los tres anteriores fueron de dos y de un mes, respectivamente, y otro de 15 días. Son los «contratos volátiles» o «contratos cerilla» que predominan en el mercado de trabajo alicantino, como los denomina Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en l'Alacantí-La Marina.

«A mi edad, las expectativas laborales parece que son cubrir vacaciones», comenta Joaquín Borrell, quien, no obstante, considera que «estas ofertas son una oportunidad, porque dejas de cobrar la ayuda y cotizas», subraya. Este parado alicantino ha ido «por las empresas dejando mi currículum, pero es que antes llaman a los jóvenes». Es su experiencia en la dura travesía que supone pasar de «tener un empleo fijo y haber cotizado durante 40 años a no tener trabajo, con 56 años, agotar la prestación contributiva y ahora recibir la ayuda de 426 euros por ser mayor de 55». La de Joaquín Borrell puede ser la trayectoria de muchos desempleados alicantinos con una edad superior a los 45 años que sólo encuentran trabajos temporales. «Y en dos de cada cinco casos son a tiempo parcial, por poco tiempo», denuncia Yaissel Sánchez.

Tras haber sido uno de los colectivos más perjudicados por los recortes laborales en las empresas durante la crisis, la contratación a mayores de 45 años comienza a repuntar. De hecho, los 94.185 contratos realizados en Alicante de enero a agosto a trabajadores que pasan de los 40 suponen un 18,05% más que un año antes. Y en relación a los 58.399 que se realizaron a este colectivo en 2007, representan un incremento del 61,2%, de acuerdo con los datos facilitados por UGT basados en estadísticas oficiales.

«Un noticia positiva», valoran los sindicatos, tanto UGT como CC OO. Pero que esconde un hándicap. Y es «que 35.278 sólo se han realizado por tiempo parcial», denuncia Yaissel Sánchez.

La representante sindical incide en que los ajustes en las empresas durante la crisis expulsaron del mercado de trabajo a muchos empleados en plenitud de su vida laboral, «que tenían cargas familiares, con hipotecas que pagar y con pocas oportunidades de empleo como se ha ido demostrando», lamentaba Yaissel Sánchez.

Joaquín Borrell se quedó en el paro con 53 años. Afortunadamente, tenía su vivienda pagada, «pero aún tengo un hijo de 21 años que está estudiando, además de lo que suponen los gastos básicos del hogar. Menos mal que mi mujer sí trabaja. Si no fuese por eso, no entrarían ingresos en casa». Para él y su esposa, lo primero son «los pagos que hay que hacer y después lo demás». Por eso desde que se quedó sin trabajo, se han ajustado el cinturón. Se han acabado las salidas fuera de casa: algún aperitivo en domingo o alguna salida en coche.

A este desempleado alicantino, le encantaría reincorporarse al mercado laboral, aunque reconoce que en estos tres últimos años ha sido difícil encontrarlo. «Pero yo estoy dispuesto. Además, es importante porque así cortas la ayuda, estás cotizando y, además, ganas más de los 426 euros que supone el subsidio». Y todo eso es importante de cara a la jubilación.

En la provincia, en los primeros ocho meses de este año se han realizado 56.820 contratos a jornada completa a mayores de 45 años, que suponen, un 16,43% más que en el mismo periodo del año anterior. Pero también un 30,37% más que en 2007. Este aumento es muy inferior al 158,11% de crecimiento que han supuesto los contratos a tiempo parcial desde 2007, según denuncia Yaissel Sánchez.

La dirigente sindical incide en que las estadísticas «hablan del número de contratos, no de trabajadores, lo que indica que lo que han subido son las contrataciones que, en realidad son muy volátiles, de unas semanas. Son contratos cerilla, que se encienden y se apagan al poco tiempo», reitera. Para la sindicalista «se abusa de la rotación». Además, advierte de que «muchas veces se hace un contrato por horas, pero, en realidad, el empleado puede llegar a trabajar la jornada completa». Tanto UGT como CC OO reclaman más vigilancia de la Inspección de Trabajo para evitar «posibles fraudes».

Cuando no busca empleo, Joaquín Borrell se dedica a las tareas domésticas. Han pasado tres años desde que se quedara sin trabajo y, en este tiempo, «he tenido que aprender un poco de otros oficios, como fontanería, pintura, electricidad, jardinería, porque de lo mío ya no hay casi demanda».

Trabajaba en un taller de vidrio desde los14 años y cotizó durante unos 40 años. La crisis le expulsó del mercado laboral. «Y pasé de tener un sueldo, con tres pagas, a la prestación del paro y ahora a la ayuda de 426 euros». No obstante, advierte de que «cuando trabajábamos mi mujer y yo, no dejábamos de ser mileuristas». Ahora, su especialización en el taller de vidrio no tiene mucha salida. «¿Qué experiencia voy a poner en el currículum que no sea la mía?», se pregunta. «Pongo que puedo hacer de todo, pero no a nivel profesional». Cuando entró en el taller de vidrio sólo le preguntaron: «¿sabes dibujar? Dije que sí y me puse a trabajar de aprendiz. Encontró la oferta «por los anuncios que ponían en INFORMACIÓN. En los años 70, se publicaban muchos. Había muchas ofertas», compara.

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