«La liberación de los horarios comerciales ha resultado ser muy nociva para los pequeños comercios y muy negativa en términos de precarización de las condiciones de trabajo». Así de contundente se mostró ayer el conseller de Economía, Rafa Climent, durante su comparecencia en las Cortes, dejando claro, además, cuál será la filosofía que quiere marcar su departamento. De hecho, fue en este contexto en el que el exalcalde de Muro anunció que su área va a empezar a trabajar en una nueva ley, la Ley de Comercio Sostenible, que regulará los horarios, dará prioridad a los pequeños establecimientos, a esos que están en los cascos urbanos, y será más restrictivo con la implantación de grandes superficies.
Sus propósitos, como evidenció Climent, son los que son: «La nueva Ley de Comercio Sostenible tendrá que poner en valor el comercio urbano de proximidad, regular los horarios comerciales y modular la implantación de grandes superficies comerciales en relación con el impacto que provocan sobre el territorio, el medio ambiente y el patrimonio», sentenció. Ante ello, la diputada del PP Eva Ortiz acusó al conseller de querer «cargarse de un plumazo» proyectos como Ikea en Alicante, y de enfrentar a grandes y pequeños, y le instó a dejar libertad a los empresarios. El conseller simplemente respondió que de lo que se trata es buscar un «equilibrio» y de dejar de lado los horarios para centrarse en las fórmulas para revitalizar el comercio, así como que no están en contra de las grandes superficies, siempre que las aperturas se hagan «con estudios, rigor y responsabilidad».
Sea como sea, la intención es consensuar esta normativa con el Observatorio del Comercio, donde está representado el sector. Ahora bien, fuentes del Consell incidieron ayer por la tarde que éste es un proyecto más reposado y más a medio plazo. En otras palabras, vinieron a decir que es un proyecto de legislatura.
Más rápida es la solución que se le quiere dar a la crisis de la Institución Ferial Alicantina (IFA), aunque el mensaje que lanzó Climent en las Cortes en absoluto parece que casa mucho con los planes que tienen los dirigentes de la entidad. Poco menos que el responsable autonómico de Economía cuestionó la viabilidad del proyecto de ampliación. Sí, Rafa Climent admitió que el recinto ferial se encuentra en una situación crítica, pero también dio un tirón de orejas a la cúpula de la institución: «Ha confiado su supervivencia a una apuesta claramente inmobiliaria de incierta viabilidad», subrayó. En cualquier caso, y para no llevar a nadie a errores, reconoció que su meta es garantizar la continuidad de IFA, y también de Feria Valencia. «La intención y el objetivo de esta Conselleria es que estas dos instituciones sean un motor económico y dinamizador de todas las empresas valencianas», afirmó el conseller de Economía. De momento, la situación sigue igual, y todo está a expensas de que haya una cumbre oficial entre una y otra parte. Sin embargo, desde su departamento indicaron que lo que buscan es que la crisis quede solventada a finales de este año o, a más tardar, a principios de 2016. «En estos momentos, es una de las cuestiones prioritarias que queremos abordar», señalaron.
