Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un «escandaloso» 67,4%

La tasa de paro de los alicantinos entre 16 y 24 años supera en doce puntos la media estatal del 55,07%. El desempleo ha aumentado más en la provincia que en otras zonas por el peso de la construcción durante la fase expansiva, la temporalidad y la economía sumergida

Un semáforo en rojo para peatones. Dos jóvenes esperan en la calle Teulada de Alicante a que la luz cambie de color. 3, 2, 1. Verde, 19, 18, 17... Despacio, sus pies les llevan hasta las cercanas oficinas de los Servicios Públicos de Empleo. Ella entra en el Servef (red autonómica) y él pasa de largo.

En parte, la intuición había fallado: «estos jóvenes se encuentran entre el 67% de alicantinos de 16 a 24 años que está sin trabajo». Pero, al final, no había error. Al poco tiempo, el chico volvía para esperar su turno en la cola del paro. Se había despistado.

«¡Un 67%. Eso es escandaloso¡», aseguraba una sindicalista cuando en su pantalla de ordenador aparecía la estadística de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al cuarto trimestre de 2013 y que arrojaba una tasa de paro de los jóvenes de la provincia hasta 24 años del 67,4%. «Mucho más que Castellón (57,3%) y que Valencia (54,8%) y que la media autonómica (59,5%) y que el promedio estatal (55,07%)», lamentaba, a la vez que denunciaba Yaissel Sánchez, responsable de Empleo de UGT en l´Alacantí-La Marina.

«Me escandaliza no sólo la tasa de paro, sino que los jóvenes se incorporen tarde al mercado de trabajo y pronto dejen de ser población activa», se queja José María Ruiz Olmos, responsable de Empleo de CC OO en l´Alacantí-Les Marines. Y es que esta circunstancia, unida a la precariedad y la temporalidad laboral, les abocan a percibir unas prestaciones (paro y jubilación) más bajas, coinciden ambos sindicalistas. Esta perniciosa relación entre eventualidad en el trabajo y ayudas, no obstante, viene siendo una constante en el mercado laboral alicantino, que al cierre del pasado año sumaba 280.500 trabajadores sin empleo, por lo que la tasa de paro suponía el 31,1% de la población activa. Y esa conjunción entre temporalidad y precariedad supone a la hora de la jubilación pensiones más bajas. En enero, los jubilados de la provincia cobraron 753,47 euros de media, es decir, 111,45 euros menos que el promedio estatal.

«A ver si me llega para la ayuda»

Aquel chico que se despistó en su camino hacia el Servef sigue dentro de las oficinas. Antes de entrar parecía primerizo, al contrario que Sandra, de 19 años, que esperaba sentada ante la puerta -al sol- con su padre, mientras salía su número por el monitor. «Voy a ver si me llega para el subsidio (poco más de 420 euros)». Ella encaja en el perfil de muchos jóvenes de la provincia que han tenido contratos de fin de semana para costearse los estudios, en este caso de auxiliar de Enfermería. Y «desde los 16 años he trabajado en la hostelería». Su último contrato se acabó el 31 de enero pasado, pero no sabe «si me alcanzará para la ayuda», lamenta. ¿Por qué? Porque con la crisis, «he llegado a trabajar dos horas al día o media jornada durante tres, cuatro o cinco meses». Sandra no puede explicar por qué entre los jóvenes de la provincia hay más tasa de paro que los de Valencia, Castellón o que la media nacional.

Naya, de 29 años, que está sentada cerca de ella y también espera su turno, cree que el «paro es general en toda España, aunque es cierto que aquí hay más gente; es una provincia volcada al turismo y eso implica mucha competencia». Mucha competencia a la hora de encontrar trabajo en un intenso periodo de crisis. Y largo. Conforme la coyuntura económica se ha ido deteriorando, la tasa de paro entre los que buscan su primer empleo ha aumentado. Los datos de la EPA reflejan que en uno de los años más duros de la primera parte de esta crisis (2009) el 41,9% de los alicantinos entre 16 y 24 años no tenía trabajo. Doce meses después, la tasa subía al 47,7%, siete décimas más alta que el 47% de 2011, pero muy cercana al 48,1% del cuatro trimestre de 2012. Ahora, el punto de inflexión se produjo el pasado año cuando el paro entre los alicantinos menores de 24 años escalaba hasta el 67,4%. «Más de 19 puntos en sólo un año», volvía a escandalizarse la representante sindical de UGT. «Una de las más elevadas de España», subrayaba.

¿Pero por qué es tan alta? Antes, se atribuía al nivel de estudios. De hecho, Yaissel Sánchez apunta que hace años «había fracaso escolar porque se prefería ir a trabajar al ser más fácil encontrar empleo, pero cuando llegó el ajuste inmobiliario, muchos jóvenes fueron al paro». UGT también relaciona las altas cifras de desempleo con la economía sumergida.

«Ya no te queda nada»

José María Ruiz Olmos coincide en que «antes, en la construcción y la hostelería tenían el trabajo más fácil y ganaban dinero para comprar el coche, el piso y formar una familia, por lo que muchos aparcaban la formación». Y resulta que ahora con la falta de oportunidades laborales, tener un título universitario, para muchos, no es garantía de incorporarse al mercado laboral, son algunos de los comentarios que se escuchan en la cola del paro. Unos son más incendiarios contra el Gobierno y otros sólo cuentan su verdad: «con más de 50 años no tengo trabajo, no me puedo jubilar, ya no cobro el desempleo y vivo de la ayuda. Así, sin perspectivas laborales, ya no te queda nada».

No obstante, para combatir los graves efectos del paro, muchos jóvenes «han vuelto a estudiar o se han reenganchado en la Universidad», añadía el representante de CC OO.

Subida de tasas universitarias

Pero en este intento de ampliar su formación, se han encontrado con otro obstáculo: la subida de las tasas universitarias y el recorte en las becas. En la mayoría de universidades españolas se ha registrado un descenso de matrículas ante la imposibilidad de los estudiantes de hacer frente a los pagos por la crisis.

En este contexto adverso, los jóvenes «también están volviendo a las casas de sus padres para poder salir adelante», añadía Ruiz Olmos. Raquel, de 26 años, estaba independizada. «Pero tuve que volver a vivir con mi madre porque no podía afrontar los gastos. Incluso, con un empleo la incertidumbre pesa para irte de alquiler, ya que no sabes si a los pocos meses te van a despedir». Raquel ha trabajado siempre en el sector del comercio, pero en campañas estacionales o con contratos de tres meses. Está en la cola del paro para «ver si tengo derecho al subsidio». La última vez que trabajó fueron dos meses y de anteriores contratos ya «gastó» el paro al que tenía derecho.

«Les va mejor a los de FP»

Ahora, Raquel ha decidido estudiar. «Me estoy sacando el grado medio en Administración. Y voy a seguir estudiando», asegura convencida porque cree que a la hora de ser contratada «influye si tienes estudios o no». No obstante, asegura que a los universitarios «ahora les va peor que a los que estudian Formación Profesional (FP) porque tienen la desventaja de la falta de experiencia y que les salen más caros a las empresas». La observación de esta joven se ve reflejada en unos datos recientemente publicados en medios nacionales que revelaban que el número de alumnos de FP Superior había aumentado un 35% desde el inicio de la crisis.

Raquel cree que en la provincia la tasa del paro juvenil es más alta porque «hay mucha población estudiante. Algunos trabajan como pueden y los que tienen contrato son de tres meses y cuando se acaba, les echan a la calle».

Para los sindicatos, las políticas de Rajoy sólo han servido para «subvencionar a las empresas. Las medidas han fracasado porque el dinero no se han destinado directamente a generar empleo», denuncia Ruiz Olmos. Por su parte, UGT critica que «con la reforma laboral se ha dado carta abierta al empresario para que haga lo que quiera y la precariedad se ha instalado con más virulencia». Ahora, casi un 20% de los contratos temporales duran menos de una semana en la provincia. Son contratos de tan poquito tiempo que los jóvenes están continuamente yendo a la cola del paro a renovarlo. «Otros jóvenes, incluso, no cumplen el periodo de prueba y los echan», denuncia UGT. El sindicato incide en que con la reforma del mercado laboral, «se ha perdido empleo estable, que se ha sustituido con gente joven, con contratos muy precarios, por lo que es más fácil que se vayan al paro».

En el paro «muchas veces»

Naya, que todavía espera su turno sentada junto a la puerta de los Servicios Públicos de Empleo, tiene 29 años y asegura que se ha quedado en paro «muchas veces». Ahora, acude para renovar el subsidio. Es licenciada en Antropología y auxiliar veterinaria. Compaginó trabajos temporales en comercios mientras se sacaba los estudios de auxiliar veterinaria, título que le ha permitido en los últimos años trabajar, aunque de forma temporal, en su sector. Independizada desde hace 10 años, vive en pareja y no es de las que ha tenido que volver a casa de los padres, pero afirma que le «es muy difícil llegar a fin de mes».

Eloína Miguel, de 23 años, es de las pocas que no suele estar parada mucho tiempo, pero en el momento del hacer el reportaje, salía de los Servicios Públicos de Empleo. En febrero acabó su último contrato en una residencia privada para mayores. Es auxiliar de Enfermería y lleva cinco años trabajando, aunque siempre ha sido de forma temporal.

Por su parte, Tatiana Simion, rumana de 33 años, también es enfermera y ha trabajado en residencias para mayores de la red pública en centros de Torrevieja, Alcoy... Ahora, está a la espera de su próximo contrato. «Normalmente te llaman para hacer sustituciones o en verano». Lleva nueve años en España y vive con su madre.

En la cola del paro se ven más mujeres que hombres. En conjunto, en la provincia, son 138.900 parados, frente a las 141.500 desempleadas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats