Es solo la tercera película del director Michael Showalter, y como señala el guionista y productor Kumail Nanjiani «en esencia, quería que esta película hablara de gente que intenta conectar y las cosas que se interponen en su camino para conseguirlo: diferencias generacionales, de religión, culturales, etc. Y lo complicado que resulta ser persona, vivir en una sociedad y tener diferentes creencias».

Basada en hechos reales, a lo largo del proceso de escritura, los productores quisieron mostrar ambos lados de las complicadas cuestiones relacionadas con los matrimonios de conveniencia. En este sentido, Nanjiani dijo que en muchas películas, se retrata a los padres descontentos como personas del Viejo Mundo que no entienden la vida moderna o no creen en el amor. «Pero no queríamos que fuera así. Queríamos que el público viera las cosas desde su perspectiva, que es muy convincente. Era muy tridimensional. Como si no hubiera respuestas correctas».

El actor y director Judd Apatow nunca había oído una historia como la de Nanjiani: «Me pareció increíble. Nunca había visto a nadie enamorarse de una persona en coma. No sólo era auténtico, también era muy sincero y se desarrollaba en el mundo de los monologuistas, que siempre me ha fascinado».