Ante un público entregado con lo mejor de las editoras de moda y lifestyle presentes, el alicantino Emilio de la Morena, grande de la costura internacional y el pret a porter, protagonizó ayer uno de los desfiles más exquisitos de la London Fashion Week. Rostros como la modelo Amber Le Bon y el actor Craig McGinlay entre el público que llenó la carpa montada en pleno Soho, en Brewer Street. «No me he decantado por un estilo particular sino que han sido mezclas de muchas cosas que he hecho en el pasado», explicó de la Morena en el backstage. El alicantino mezcló los cortes clásicos y pomposos con toques vanguardistas y más atrevidos, como descubrir parte de la manga o cuellos de gran originalidad.
De la Morena es para los ingleses ya tan londinense como Hyde Park u Oxford Circus. Su decimotercera colección en la capital británica avala una trayectoria impresionante en uno de los sitios más complicados para triunfar del planeta. El de Benalúa empezó esa carrera estudiando diseño de moda, después de abandonar su trabajo de economista internacional, por pura vocación, como Antonio Banderas, en Saint Martons School. Y es aquí donde empieza su relación de intenso amor con una ciudad que le acoge, como lo hace Alicante, como su segunda casa. Por eso hoy triunfa esa colección, plena de reminiscencias de lo mejor de la costura española, con recuerdos imborrables de Christian Lacroix, un toque de su gran amigo desaparecido Alexander McQueen (la mejor amiga de Alexander en el front row) y dos grades colaboraciones: los tejidos espectaculares y únicos de la firma valenciana Camilo Miralles y los zapatos impecables y exquisitos de la firma ilicitana internacional Cuplé. Paleta de colores increíble: fresa combinada con limón y naranja, lima y verde agua con amarillo intenso, azules pavo real, blancos y negros alternados con ciertos toques de color, conjugando en detalles , sobre todo, un juego de transparencias junto a los tejidos más armados sobreponiéndose sobre cuerpos que se movían al ritmo de una mezcla de música muy nuestra pero también muy contemporánea. Pasos casi de house, de unas modelos muy jóvenes y muy naturales, como le gustan a De la Morena: femeninas, sutiles, ligeramente deslavazadas para construir, sin embargo, siluetas muy bien definidas en su equivoco. Es el arte de Emilio, que todo parezca que está ahí por casualidad, cuando en realidad esconde horas y horas de taller, manufactura, costura impecable y un patronaje impoluto, el sacrificio de toda una vida al servicio de una silueta femenina.
El diseñador comentó que esta colección para él es muy especial y que hay que «disfrutar del placer de vestir de forma personal y mezclar las prendas que uno adora en su armario de forma glamurosa, pero relajada».
En esta ocasión, ha colaborado en el desfile el Patronato de Turismo Costa Blanca, que está apostando por exhibir y promocionar lo mejor de nuestra provincia donde se pueden encontrar los nichos de clientes más exclusivos.
