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La firma interesada en el Selomar alega que la compra careció del principio de «buena fe»

La mercantil que pactó la adquisición del edificio requiere a la actual compradora para que anule la operación ante el litigio por su titularidad

La firma interesada en el Selomar alega que la compra careció del principio de «buena fe»

La firma que llegó a pactar la compra del edificio que antaño albergó el emblemático hotel Selomar de Benidorm ha abierto una nueva vía para mantener los derechos que, a su juicio, adquirió sobre el inmueble en el momento del acuerdo con la conocida familia Almodóbar, titular de esta joya ubicada en primera línea de la playa de Levante. En concreto, las entidades Malissandre Development Hotelier, S.L., y Fashion Hotel Benidorm, S.L., interesadas en adjudicarse el inmueble, han esgrimido que la venta posterior que los dueños de la finca realizaron estuvo exenta del principio de «buena fe» que se le presupone al comprador para que la operación siga adelante.

No hay que olvidar que, después de años de idas y venidas entre los Almodóbar y la mercantil Malissandre Development Hotelier, el pacto que habían alcanzado sobre el edificio que albergó el Selomar terminó en manos de un juez, quien debe decidir sobre la titularidad del edificio en base al acuerdo alcanzado. Un acuerdo que, sin embargo, para los dueños del Selomar carece de valor. Tanto que, hace algo más de un mes, se anunció la venta del inmueble. Así, se hizo público que la sociedad cotizada de inversión inmobiliaria (socimi) Hispania, a través de su filial hotelera Bay Hotels & Leisure, se había adjudicado la finca por nada menos que 15,6 millones de euros.

Una noticia que sentó como un jarro de agua fría a los primeros interesados en la finca. De hecho, ya advirtieron en su momento que la venta puede ser invalidada en función de lo que dictamine el juez puesto que hay un litigio abierto para decidir sobre su titularidad. No obstante, la firma ha dado un paso más allá y ha llegado a requerir a la actual compradora, con el fin de que resuelva de «manera inmediata» la compra del hotel Selomar dado que «la propiedad del bien inmueble está siendo objeto de un proceso judicial desde hace más de un año», como apuntaron ayer los representantes legales de la mercantil interesada.

Asimismo, advirtieron de que «se da la circunstancia que, en esta operación de compraventa, consideramos que no concurre en la entidad "Bay Hotels&Leisure, SOCIMI" la condición de tercero de buena fe por tener conocimiento en el momento de la compra de la existencia del citado procedimiento». O dicho en otras palabras, que la sociedad compradora era consciente de que la titularidad del inmueble que se adjudicaron podía estar ya en manos de otra firma. Un hecho que podría obligar a anular la operación puesto que en una doble venta de vivienda, la buena fe prima sobre el registro.

Además, la primera mercantil interesada en el Selomar explicó que la filial Bay Hotels&Leisure es una sociedad participada mayoritariamente por Hispania, una socimi que cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), mercado oficial, supervisado por la CNMV, donde empresas del tipo socimi acuden a buscar financiación para sus operaciones. «Por ello, y ante las circunstancias en que se ha producido esta compra, junto a la escasa información remitida a la CNMV respecto de la misma por parte de Hispania, hemos solicitado al MAB que, bajo supervisión de la CNMV, abra una investigación sobre estos hechos por si de los mismos pudieran desprenderse conductas infractoras y sancionables por considerar que se ha ocultado al mercado información de carácter relevante», anunciaron ayer los representantes legales de la firma interesada en este inmueble.

Licencia viva

Cabe destacar que la mercantil ahora apartada de la compra del Selomar sigue manteniendo viva la licencia de obra que le concedió el Ayuntamiento de Benidorm para reformar el inmueble. Su intención era renovar el mismo para devolverle el uso hotelero. No hay que olvidar que el este emblemático alojamiento, ubicado en pleno paseo de Levante, cerró sus puertas hace una década para una reforma que nunca llegaría a realizarse. Hace unos años fue objeto de un incendio que desbarató precisamente el acuerdo de compraventa que ya habían alzancado previamento los Almodóbar con los de Malissandre Development Hotelier.

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