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Preocupación del sector

Las agencias de viajes urgen medidas ante el repunte de robos en la zona guiri

Las mujeres que atracan a los turistas británicos con el sexo como reclamo vuelven a la carga en plena temporada alta. El veto a este tipo de prácticas, anunciado por el gobierno local, no se ha materializado

Las agencias de viajes urgen medidas ante el repunte de robos en la zona guiri

Medidas contundentes para poner fin a los robos con violencia que una larga lista de visitantes británicos han sufrido durante las últimas semanas en la «zona guiri» de Benidorm. Es lo que reclaman con urgencia desde las agencias de viajes de la capital de la Costa Blanca a la vista del repunte de delitos propiciado, entre otras cosas, por la llegada de un mayor número de turistas ingleses que comienzan a desembarcar en la ciudad de los rascacielos de forma masiva a partir de mayo.

Cabe destacar que las ocho semanas previas y posteriores a los meses centrales del verano -julio y agosto- constituyen la auténtica temporada alta del turismo británico en Benidorm. Así, mayo, junio, septiembre, y octubre son losmeses en los que la capital de la Costa Blanca recibe el gran aluvión de viajeros procedentes del Reino Unido. Un dato que no se les escapa a las prostitutas que deambulan por las calles de la zona inglesa, emplazada en el barrio del Rincón de Loix, que han comenzado ya a hacer su particular agosto. Estas mujeres utilizan el sexo como reclamo pero, en realidad, se dedican a robar a los turistas extranjeros que, a altas horas de la noche, transitan por esta parte de la ciudad, próxima a la playa de Levante, notablemente perjudicados por los efectos del alcohol y, en ocasiones, otros estupefacientes.

Se trata de una de las principales problemáticas que se dan en esta parte de la ciudad y, a pesar de que solo han pasado dos semanas desde que se diera por estrenada la temporada turística de los británicos, ya ha vuelto a convertirse en el peor de los males para las empresas del sector. «Estamos recibiendo muchas quejas por parte de los mayoristas sobre los robos con agresiones que sufren sus clientes», explicó ayer a este diario Juan José Pérez Parker, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Benidorm y Comarca (Avibe).

Seguridad como atractivo

Estas quejas no hacen otra cosa que no sea empañar las virtudes del destino Benidorm entre los turistas británicos, que son el primer mercado extranjero en la ciudad. Un segmento que ha experimentado un crecimiento desmedido durante las últimas temporadas por la inestabilidad que se vive en destinos competidores como Túnez, Egipto o Turquía.

«Los destinos españoles están viviendo un gran momento por el desvío de turistas generado ante las crisis que hay en otros países competidores. Por eso, ahora más que nunca, hay que cuidar la experiencia del visitante para que repita la elección, ya que en cinco años todo habrá pasado», consideró ayer Pérez Parker, quien lanzó una clara advertencia a las administraciones públicas para que se pongan las pilas en materia de seguridad. «Si a un turista británico le roban y le pegan una paliza ya no volverá a venir a Benidorm. Pero lo peor no es eso. Si se lo cuenta a otros 20 compatriotas estos, directamente, ya ni visitarán la ciudad». Un claro mensaje a navegantes con el que, desde Avibe, quieren lograr que se ponga coto a esta problemática.

Soluciones sin ejecutar

No obstante, no hay que olvidar que hace casi un año, en junio de 2016, el edil de Seguridad Ciudadana, Lorenzo Martínez, anunció una medida estrella para acabar con esta problemática que, de momento, no se ha llevado a cabo. En concreto, el edil popular planteó la posibilidad de implantar una especie de «veto» a las prostitutas que tuvieran interpuestas denuncias por cometer robos en la zona. La vía para impedir el acceso de estas mujeres a la «zona guiri» sería la imposición de órdenes de alejamiento al espacio físico en cuestión.

Una medida de excepción que ya se había puesto en práctica con anterioridad para los carteristas de grandes ciudades como Madrid o Barcelona a los que se les impide el acceso al metro. Es decir, si entran y un policía los identifica puede detenerlos al momento sin necesidad de que hayan cometido ningún delito. Un sistema que Martínez quería reproducir en la «zona guiri» de Benidorm pero que, de momento, no se ha ejecutado.

Por ello, desde Avibe reclaman a las administraciones públicas más medidas para poner coto a este tipo de prácticas. «Los refuerzos policiales llegan en pleno verano y Benidorm, por su modelo turístico, los necesita antes», consideró Pérez Parker, quien también pidió al gobierno local mayor celeridad para tramitar las órdenes de alejamiento planteadas.

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