Una actuación que nació para impulsar la actividad económica local pero que, con el pasado del tiempo, ha caído en el olvido mientras otros proyectos han tomado la delantera. El Plan de Actuación Comercial (PAC) de Benidorm, aprobado en el año 2009, contemplaba entre sus conclusiones la necesidad de poner en marcha un centro comercial urbano. Una iniciativa que no ha llegado a ver la luz, pese a que así se estipulaba en el documento encargado para fijar las pautas a seguir en esta materia.
Así las cosas, mientras unos proyectos duermen, otros que no aparecían reflejados en el citado documento, elaborado por el Consejo de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación de la Comunidad Valenciana, han tomado fuerza. Es el caso del macrocentro que planea desde hace años sobre el Plan Parcial 3/1. Los gobiernos locales desde 2009 hasta ahora, de distinto signo político, han coincidido en una cosa: su empeño por dar luz verde a la implantación de una gran superficie comercial en el sector industrial, emplazado junto a la zona de las discotecas de la ciudad. De hecho, fue el bipartito conformado por el PSOE de Agustín Navarro y el CDL de Gema Amor el que abrió la primera vía para la implantación de los centros comerciales en la ciudad. Un camino que concluyó el pasado mes de mayo el actual ejecutivo popular con la modificación del Plan General, que autorizaba este tipo de instalaciones en Benidorm para propiciar su llegada, que está supeditada a la aprobación definitiva del citado cambio en la carta urbanística de la capital de la Costa Blanca. Algo que se espera que suceda antes de que acabe el año.
Objetivos estancados
En cambio, mientras todos los esfuerzos se han centrado en la creación de un gran macrocentro a las afueras de la ciudad turística, la recomendación del PAC sobre la creación de un centro comercial de carácter urbano en el núcleo de la ciudad ha caído en el olvido. En concreto, en el documento se hacía referencia a la necesidad de «combinar los esfuerzos individuales de los distintos operadores comerciales y de servicios con la apuesta por desarrollar un conjunto de acciones de dinamización comercial conjunta para aportar valores a la oferta ya existente».
La identificación de un nombre, logotipo y slogan que representase al nuevo centro comercial abierto, la colocación de banderolas informativas u otros soportes promocionales, el establecimiento de una decoración conjunta o la unificación de horarios comerciales eran solo algunas de las medidas que se plantearon en el documento, que duerme desde hace siete años, para revitalizar la actividad económica en el casco urbano de la ciudad. Un total de 13 calles y plazas hubieran pasado a formar parte del que iba a ser el primer centro comercial abierto de la Comunidad. Entre ellas se encuentran Martínez Alejos, Jaume I, Sant Pere o la plaza del Torrejó.
Críticas del sector
Sin embargo, los años han ido pasando y este proyecto no ha llegado a realizarse. Los representantes del comercio local, agrupados en la asociación Aico, no entienden la dejadez de la administración en este sentido y reclaman más medios para incrementar su promoción así como una actualización del PAC.
Asimismo, consideran que la «política comercial de las últimas décadas ha dejado mucho que desear» e insisten en que si se hubiera puesto en marcha en centro comercial urbano ahora tendrían un punto a favor para competir con la nuevo gran superficie que planea sobre el PP 3/1 a la vez que recuerdan que el comercio mueve cerca de 10.000 empleos al año en la ciudad de los rascacielos.
