Un completa odisea. Llegar hasta Altea para disfrutar del Castell de l'Olla se convirtió en una carrera de obstáculos para quienes optaron por el Tram. La avalancha de personas que se congregó en la noche del sábado entre Benidorm y Altea y la reducción del servicio del tranvía en un 50% debido a la huelga convocada por los sindicatos hicieron que muchos usuarios no lograran acceder a los convoys y se quedaran varados en los andenes, tanto antes como después del disparo de los fuegos.

Hasta minutos antes de que comenzará el Castell de l'Olla, en el tren que partió de Benidorm a las 22.30, decenas de personas se amontonaban en el andén de la estación. Dos trenes se completaron en cuestión de minutos, al producirse en ese momento el enlace con la línea que provenía de Alicante. Hacinados, hasta en los pasillos, tres paradas antes de llegar a la estación Olla de Altea, muchos usuarios, algunos ataviados con neveras portátiles y sillas de playas, golpeaban las puertas del tranvía para poder entrar, sin éxito.

Una vez cumplido el recorrido, varios agentes de policía custodiaban el camino desde la estación hasta la playa. Una marea de gente bajaba lentamente y, en el camino, muchos criticaban la falta de servicios del Tram.

La situación se repitió en el camino de vuelta. En la estación de Benidorm confluyeron tanto aquellos viajeros que utilizaron el Tram para ir a Altea como los que acudieron a Benidorm con motivo del concierto de Malú. Miguel Pérez fue uno de los usuarios que se quedó en el andén tras el Castell d'Olla. Al llegar hasta Benidorm, el último convoy que se dirigía a Alicante, sobre las 2 de la madrugada, se encontraba lleno y le dejó en tierra, a él y a un grupo de veinte personas. «Nos dejaron en la calle, no nos permitieron utilizar la sala de espera, ni siquiera poner una reclamación», explicó este usuario, que, junto a otras personas debió esperar a la salida del próximo tranvía hacia Alicante, a las seis de la mañana. Miguel Pérez denunció además «el hacinamiento» en los trenes tanto de ida como de vuelta y criticó que se fomente el uso del transporte público cuando después se ofrece en estas condiciones.

Desde FGV explicaron que la huelga, que está vigente desde hace meses, ha impedido a la empresa ampliar la cantidad de trenes para una fecha de máxima afluencia como la de este fin de semana. «Hemos hecho un gran esfuerzo pero no podemos superar el 50% del servicio, y desgraciadamente la situación se desbordó», afirmaron desde la empresa pública.