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La Vila Joiosa

Control en las rutas del estornudo

Alergólogos de la provincia recorren el entorno del Amadorio para identificar diferentes especies de flora alergénica de cara a dar un mejor servicio al paciente

Un momento del recorrido que realizaron los expertos DAVID REVENGA

Gramineas, parietarias, cipreses, quenopodiácias y olivos. Sólo en los alrededores del pantano Amadorio podemos encontrar estas cinco grupos de plantas que, según los expertos, son las que más alergias producen en España.

Para Daniel Climent, especialista en Etnobotánica (disciplina que estudia la relación entre las plantas y los seres humanos), es importante que los sanitarios conozcan la flora alergénica y el contexto en el que se encuentran, de cara a que el tratamiento que aporten no sea sólo farmacológico, sino que vaya acompañado de consejos relacionados con el entorno en el que viven sus pacientes. Por ejemplo, qué zonas evitar en determinada época porque una especie a la que son alérgicos está floreciendo.

No todos los profesionales de la medicina que se dedican a la alergología conocen con detalle las características botánicas del lugar en el que trabajan. Una buena excusa para profundizar en este tema fue la X Jornada de Identificación de la flora alergénica de la provincia de Alicante, que organizó ayer la sección de Alergología del Departamento de Salud de la Marina Baixa.

Alergólogos, residentes y personal de Enfermería de diferentes centros sanitarios recorrieron el entorno del pantano Amadorio, entre La Vila Joiosa y Orxeta. Estuvieron asesorados por el jefe de la sección de Alergología del Hospital de La Vila, Carlos Hernando de Larramendi; el profesor de Ecología de la Universidad de Alicante, Carles Martín, y el propio Daniel Climent. De la mano de ellos fueron conociendo las características de cada una de las plantas que se encuentran en la zona y los diversos problemas que provocan en muchos de sus enfermos.

«Entre todos generamos una especie de simbiosis, ya que los médicos aportamos más datos de los efectos que producen en nuestros pacientes y los biólogos nos ofrecen información sobre el origen de estas plantas y sus características», señala el jefe de la sección de Alergología del hospital vilero.

Por ejemplo, según argumenta Daniel Climent, a su compañero, Hernando de Larramendi, un día le puede venir un paciente de la zona y detectarle en un análisis que es alérgico a las parietarias. «El alergólogo puede no saber que este tipo de plantas suele crecer en las paredes o cerca de las acequias de La Vila. Quizá este enfermo, tenga una plantada al lado de casa y no sea consciente. Por eso son importantes este tipo de jornadas, para saber a qué peligros se enfrentan las personas que tienen alergia y viven en un lugar determinado», argumenta Climent.

Hernando de Larramendi indica que no sólo hay que conocer las plantas que crecen en el campo de la comarca. También es importante saber lo que hay en las zonas urbanas. «Por ejemplo, tuve un paciente que se ponía malísimo cada vez que recorría la Avenida del Mediterráneo de Benidorm. Al final, nos dimos cuenta que tenía alergia a los árboles plátanos de sombra y dicha vía está llena. Al final, optó por ir por la playa para cruzar la zona de Levante», matiza.

Después hay casos más curiosos, no tan vinculados con esta comarca, como el de la Serra de L'Escobella. «La Escobella es una planta que viene de la familia de las quenopodiácias. Imagina que eres alérgico a este tipo de plantas y le dices al médico que te tienes un terreno en este lugar... Muchas veces los topónimos dan información a las personas que padecen alergias sobre dónde deben meterse y dónde no. Por ejemplo, si tienes problemas con las carrascas, no vayas a la Carrasqueta», bromea este especialista.

Pero el conflicto de los alérgicos no sólo tiene que ver con el polen que desprenden estas especies. «En muchas ocasiones el daño se puede ocasionar por el tacto. Por ejemplo, en la Marina Baixa abundan las Lletreras, que al partirlas desprenden un líquido con efectos muy nocivos para las personas que son alérgicas. Algunos agricultores, al tocarlas en el campo, han acabado en urgencias», explica Climent.

Plantas tóxicas en plena ciudad

Otra de las curiosidades de esta excursión fue la de detectar diferentes especies cuyo consumo es tan tóxico que llega a ser letal para las personas. Para más inri, en ocasiones, son plantas que se encuentran en mitad de zonas urbanas. «Hay casos de personas que, antiguamente, diluían en agua hojas de estas especies para hacer infusiones que ofrecían al familiar al que le querían sacar la herencia», apunta entre risas Climent. Por supuesto, por seguridad, la información de cuáles son y dónde están, prefieren que sea confidencial.

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