Con el verano recién estrenado, los planes para concretar dónde y cómo pasar las vacaciones estivales se tornan ya necesarios para toda aquellas personas que aún no tengan destino. Uno de los más recurrentes para los habitantes próximos a Santa Pola y también para un gran número de veraneantes de toda la península, es alquilar un piso por meses o semanas en la villa marinera.

Las inmobiliarias están manos a la obra desde hace más de dos meses, para atender las solicitudes de todos los visitantes que desean pasar el estío en la localidad costera. En esta época del año, especialmente entre julio y agosto, los precios de los alquileres se multiplican por cinco en todo el núcleo urbano del municipio. Las inmobiliarias y particulares santapoleros que arrendan las viviendas hacen el agosto, así, con este tipo de alquiler estacional.

Dentro de estos costes, el área de Santa Pola del Este se lleva la palma en cuanto al precio más elevado a la hora de veranear en uno de sus pisos. Y es que una vivienda media por la zona de Varadero, con dos habitaciones y un baño, podría situarse en los 2.000 euros en agosto, haciendo el cálculo entre la oferta de diversas empresas dedicadas a este alquiler. Si aumentamos el rango de la vivienda con un dormitorio más, el precio se sitúa en los 2.400 euros en Santa Pola del Este. Cabe recordar que en esta zona, el alquiler durante los meses de invierno se sitúa entre los 450 y los 500 euros.

A pesar del sobrecoste, la demanda este año está siendo mayor que el año anterior, apuntan varios gerentes de inmobiliarias en la villa marinera. Los motivos, son varios. Al parecer, hay cierta recuperación económica de antiguos clientes que eran habituales pero que, por circunstancias laborales adversas dejaron de alquilar la residencia de verano durante algunos años.

Según los arrendadores, en 2017 están volviendo muchas caras familiares a estos establecimientos para retomar la costumbre de veranear, al menos algunas semanas, en un piso alquilado en Santa Pola. Otro de los motivos del aumento de clientes, según observan quienes regentan estas inmobiliarias, es que el precio máximo de alquiler en la villa marinera ha bajado este año. Mientras que el tope en 2016 se situaba en los 3.000 euros, este año se reduce a los 2.400 euros.

Santa Pola del Este es, además, el área donde hay menos construcciones nuevas disponibles, al contrario de lo que pasa en Gran Playa y Tamarit, donde hay más viviendas, por lo que hay todo tipo de costes.

Más demandadas

Mientras que el Este de la villa se lleva los precios más elevados, Gran Playa y Tamarit se llevan el galardón a los pisos más demandados. El motivo, que muchos veraneantes de Madrid y País Vasco han alquilado en este área de manera tradicional y les gusta mantener la costumbre y, además, que en muchos casos, estos usuarios tienen en esta zona amistades o familiares que también comparten barrio y lo eligen por cercanía a sus allegados.

Esta zona favorita y el centro del casco urbano también multiplican su precio de alquiler en función de la estacionalidad. No obstante, son relativamente más económicos que las del Levante santapolero. En este sentido, alquilar un piso medio, en Gran Playa, Tamarit o el centro en julio o agosto costaría entre los 1.500 y 1.800 euros, en función del número de habitaciones. Sin embargo, aquellas personas que elijan la misma vivienda durante el resto del año esta zona, tan solo pagarían por su casa entre 350 y 400 euros.

En el casco urbano los precios varían mucho en función de si se elige una casa junto al mar, en primera o en segunda línea de playa. En cualquier caso, las inmobiliarias han notado aquí un descenso de los alquileres en los pisos que dejan lejos la proximidad de la costa, hecho que contrasta con los datos de 2016, cuando hubo un repunte de demanda.

Agosto continúa siendo el mes más demandado porque sigue siendo el periodo donde la mayoría de personas comienza las vacaciones. Este hecho se da especialmente en Elche, la ciudad próxima que más veraneantes de alquiler aporta a Santa Pola.

En cualquier caso, los turistas, a la hora de escoger la vivienda, prefieren permanecer menos tiempo alquilados pero con mayores comodidades, como la facilidad para aparcar, algo muy valorado en este época estival en la villa marinera.