Crevillent no renovará el contrato de mantenimiento de imbornales con la actual empresa adjudicataria. Las continuas quejas de los vecinos y los informes desfavorables de los servicios técnicos del Ayuntamiento ha llevado al equipo de gobierno a no prolongar el acuerdo que desde 2015 mantienen con la empresa Idecas. Ahora, el Consistorio está redactando un nuevo expediente de tramitación, que ya está en marcha, y hará un concurso público en el plazo de un mes para elegir a la nueva firma que se encargue de realizar los trabajos. Esta vez, según confirma el alcalde de Crevillent, César Asencio, primará la proximidad entre los requisitos para la adjudicación del contrato.

De hecho, los vecinos de la calle Santísima Trinidad y de la avenida de Madrid manifestaron su malestar en varias ocasiones debido a los problemas surgidos por un cuidado deficiente en estos sumideros que conducen el agua de lluvia a los colectores pluviales crevillentinos. Los malos olores y una limpieza deficiente llevaron a los residentes del área a reivindicar mejoras en su mantenimiento y a denunciar más inconvenientes como que las trapas se soltaban tras el paso de vehículos y que, debido a un cierre incorrecto, producían ruidos molestos y constantes que importunaban a los que allí residen.

La limpieza y rellenado de agua de estas instalaciones afectan a las calles San Vicente Ferrer, Santísima Trinidad, Palma, la Rambla Castellar y las avenidas de Madrid y de la Libertad, donde están los cinco colectores que construyó el Ayuntamiento.

La empresa Idecas tiene su sede en Castellón y fue elegida para mantener los imbornales crevillentinos al presentar la oferta al precio más bajo. La lejanía con el municipio ha sido un obstáculo para que la firma cumpliera de manera ágil con su trabajo tras la llegada de quejas vecinales.

El servicio se adjudicó a la firma castellonense por algo más de 20.000 euros, mejorando el precio de licitación que se situaba en casi 25.000 euros. Esto supone una suma de 1.700 euros al mes por un servicio que no ha contentado a Crevillent. El contrato incluye el mantenimiento de colectores pluviales, que no tienen sistema de autolimpieza y el aseo de las rejas, para vaciarlos de suciedad y objetos, así como el rellenado de agua para evitar los malos olores que se desprenden, principalmente, por la falta de lluvia.

Críticas

Para Compromís, la decisión del Gobierno municipal de prescindir de los servicios del negocio castellonense llega demasiado tarde. El concejal de la agrupación, Marcelino Giménez, recordó al Ayuntamiento que el partido de izquierdas ya presentaba escritos de quejas por este servicio en el Ayuntamiento desde 2015, sin respuesta, según adujo Giménez. El edil crevillentino también criticó que «en ningún momento se ha aplicado ningún tipo de penalización a la empresa», puntualizó. El concejal de obras, Manuel Moya, replicó que la imposición de sanciones no conviene en este caso porque supondría «enzarzarse en expedientes de difícil cobro», según concluyó el edil.