La Conselleria de Educación que dirige Vicent Marzà, ha encendido la mecha de la indignación entre el colectivo de los directores de centros de Infantil y Primaria, al delegar en ellos la responsabilidad de aceptar o no actividades extraescolares de pago para el curso que viene, en función del dinero que hayan ahorrado de los gastos de funcionamiento más básicos para el centro como son la luz, el agua y el gas.

Las instrucciones de Educación que regulan el horario escolar incluyen como novedad que pueda haber actividades extraescolares de pago, medida que ya se había anunciado con anterioridad. La sorpresa ha saltado sobre la forma ideada por la conselleria para distribuir ayudas entre los alumnos que no tengan recursos y evitar cualquier discriminación.

La normativa publicada ayer en el DOGV responsabiliza a los colegios, y por ende a sus directores, del pago de estas becas con el mismo dinero que reciben de Educación para los gastos de funcionamiento del centro.

Entre los directores consultados por este diario la indignación es generalizada porque si destinan dinero de esos fondos a estas becas, se restará de otras medidas que llevaban a cabo como la dotación de aulas de informática y mejoras en general para todo el colegio.

Superávit

Los colegios consultados admiten que en general hay un superávit que puede rondar ente los 80.000 y los 120.000 euros en las cuentas de la mayoría de los centros de Primaria, acostumbrados a ahorrar después de los años críticos que pasaron cuando no les llegaba el dinero para el funcionamiento de los centros a tiempo.

La razón de su indignación, explican los directores, radica en que se derive sobre ellos la responsabilidad de determinar cuánto dinero se podría destinar a extraescolares, algo que no dudan que les enfrentará a las AMPA que organizan estas actividades, y que han luchado hasta conseguir que Educación introduzca extraescolares de pago en los centros con jornada continua.

Siempre según la instrucciones publicadas por Educación, los alumnos con más necesidades económicas, baremados ya por la beca que reciben para el comedor, tienen derecho a ayudas de hasta 36 euros al mes si quieren asistir voluntariamente a las extraescolares de pago, que no pueden ser más de dos cada mes y tampoco superar cada una de ellas los 18 euros.

«Un colegio de tamaño medio podría llegar a tener que destinar más de 1.000 euros cada mes en concepto de becas para extraescolares, y el problema está en que el dinero para estas ayudas procede de un servicio distinto, el comedor, al que contribuyen los padres que dejan a sus hijos a comer y no disponen de becas de Educación», señalan los directores.

El enfrentamiento primero entre los responsables de los centros con las AMPA, en el seno de los consejos escolares donde debe decidirse si se incluyen actividades extraescolares de pago y cuántas -hasta un máximo de dos al mes-; y en segundo lugar de los padres entre sí, porque son los que pagan a diario 4,25 euros de comedor los que sufragarán las becas para extraescolares de los que carezcan de recursos, son los frentes sobre los que ponen el acento los directores.

El sindicato mayoritario del profesorado, STEPV, también ha hecho saber su desacuerdo con unas instrucciones que «complican la gestión económica de los centros» y que se han acordado de espaldas a los representantes docentes

Esta formación pide más tiempo a Educación para que los centros puedan ajustar sus proyectos de cambio de horario a unas instrucciones que apenas dan una semana para cumplirlas, porque el 7 de febrero concluye el plazo para enviar los programas y detalle de las actividades extraescolares con las novedades incluidas.

Respecto a la votación de los padres en los centros que quieran tener la jornada continua, con extraescolares que pueden ser de pago, se fija el 25 de abril, y los resultados oficiales al día siguiente.