La reciente canonización del doctor Pedro Herrero, quien en estos momentos ha adquirido el título de Venerable, ha servido para que el Colegio Oficial de Médicos de Alicante celebre, hoy 23 de noviembre, una sesión donde se le rendirá un homenaje.

El acto constará de varios testimonios, por un lado, el doctor José Juan Verdú, perito médico de la oficina de las causas para los santos de la diócesis de Orihuela- Alicante, hablará de la figura de Pedro Herrero y de cómo se encuentra el proceso en el Vaticano.

Por otro, la doctora Rosa Ballester, catedrática de historia de la medicina, realizará una conferencia titulada “Humanismo, ciencia y creencia en las biografías médicas. Una aproximación histórica". El acto finalizará nombrando al doctor Herrero socio de mérito de la Sociedad Médico-quirúrgica de Alicante a título póstumo.

El doctor Pedro Herrero nació en Alicante en el año 1904. Médico pediatra de profesión, su bonhomía ha llegado a nuestros días, y se le han reconocido hechos inexplicables para la ciencia médica tras su muerte, que han influido en la decisión de la canonización. La apertura del proceso para la canonización, concedida a primeros de 2017, tuvo lugar en la Concatedral de San Nicolás el día 30 de junio de 1997 y la clausura oficial el día 9 de junio del siguiente año, trasladando toda la documentación a Roma el 16 de junio de 1998, hasta que 20 años después se le ha hecho justicia a Pedro Herrero y a quienes apostaron por emprender el camino para su concesión. El doctor Pedro Herrero Rubio tiene en Alicante un monumento, un colegio, una calle y un parque con su nombre.

Según destaca en la biografía elaborada por el colegio que lleva su nombre, Herrero se levantaba de madrugada para estudiar los casos más preocupantes de sus pequeños pacientes antes de acudir a su parroquia de San Nicolás para asistir a la Santa Misa, siempre acompañado de su esposa.Era Adorador Nocturno Veterano, exteriorizando su fervor en las noches de adoración. Pedro era feliz ayudando a los demás. "Con los pobres hay que extremar las atenciones", decía, y encontraba entre los humildes la mejor ocasión para ejercer la caridad, tratándolos desinteresadamente, facilitándoles las medicinas e incluso dejando dinero bajo la almohada de sus pacientes.

Ya en vida gozaba de fama de santidad. Sus compañeros médicos decían: "Es que Pedro no quiere ir sólo al cielo, sino que busca que vayamos todos". Como su esposa gozaba de buena situación económica, le decía "Mi dinero es para los pobres". En su lecho de muerte le confesó: "Tú eres el amor de mi vida". Murió el 5 de Noviembre de 1978. Su cuerpo reposa en el Cementerio de Nuestra Señora del Remedio.