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Los ayuntamientos de la provincia de Alicante «arañan» 5.000 habitantes a Estadística

Las alegaciones efectuadas por los municipios permiten incrementar la cifra provisional de habitantes que manejaba el INE a principios de año

Transeúntes en una calle del centro urbano de Benidorm, en una imagen reciente. DAVID REVENGA

Los ayuntamientos de la provincia han logrado «arañar» 5.008 habitantes al Instituto Nacional de Estadística (INE), al conseguir que en el padrón figuren más personas que las que el organismo estatal preveía en las cifras provisionales que manejaba a principios de año. De los 141 municipios de la provincia de Alicante, 81 han incrementado en mayor o menor medida el número de vecinos fijado inicialmente por el INE, después de las alegaciones presentadas por los consistorios. Por ello, se deduce que se trata de 5.008 personas que en principio habían sido excluidas de su respectivo padrón y que, tras las pertinentes reclamaciones, se ha logrado mantener inscritas, al corroborar que tienen en esa localidad su domicilio principal.

Así lo señalan cifras del propio INE: la del padrón a 1 de enero de 2016, la provisional a 1 de enero de este año y la definitiva después de las alegaciones de los municipios. Estas dos últimas no se han hecho públicas de manera oficial, pero este periódico ha tenido acceso a ellas. Al inicio del año pasado, el número de habitantes de la provincia era de 1.836.459 -último dato definitivo hasta la fecha-, pero el organismo de Estadística preveía que bajara a 1.820.325, tal y como informó este periódico la pasada primavera. Tras las reclamaciones de los ayuntamientos, y de que en 81 de ellos la población se corrigiera al alza y sólo hubiera una baja -de una sola persona, además, en Granja de Rocamora-, la cifra se ha situado en 1.825.332.

Es decir, se ha conseguido frenar la caída demográfica en 5.007 empadronados, aunque de todos modos el descenso de población continúa. Si esa cifra de 1.825.332 se hace definitiva, algo que se conocerá en las próximas semanas -los datos oficiales de habitantes siempre se hacen públicos en diciembre-, la provincia habrá perdido 11.127 vecinos en relación al año anterior. Y esa bajada se unirá a las que se vienen sucediendo, de manera constante, desde 2013. Ese año se marcó una cifra récord de 1.945.642. Por lo tanto, se acumulará una pérdida de 120.310 habitantes en cuatro años. La población de la provincia ha vuelto a niveles similares a los de hace una década: en 2007, el número oficial de empadronados era de 1.825.264, es decir, prácticamente los mismos que ahora.

Tal y como ha venido informando este periódico, el descenso de población ha sido especialmente fuerte en los municipios costeros o cercanos al litoral, con un importante contingente de habitantes extranjeros. En el interior, por el contrario, la bajada demográfica ha sido mucho menor o incluso ha subido algo la población. En este sentido, se han venido apuntando dos causas para esta baja; por una parte, los extranjeros que han retornado a sus países de origen y, por otra, un mayor seguimiento a los padrones por parte del INE, para verificar que las personas que constan en él realmente viven en ese municipio. A esto se une un tercer factor: también hay quienes viviendo en una localidad no se empadronan en ella -principalmente extranjeros de otros países de la UE, para quienes este trámite no es vital como sí lo es para los extracomunitarios-, al temer, por lo general de manera infundada, que pueden perder alguna prestación que perciben de sus países.

Reacción de los municipios

Diversos ayuntamientos han reaccionado ante la pérdida progresiva de población, dadas las consecuencias que esto tiene sobre los ingresos municipales y, por consiguiente, sobre la prestación de servicios. Entre las iniciativas destacan las campañas activas para fomentar el empadronamiento de personas de origen extranjero que no están registradas. Una de las más intensas es la que se viene llevando a cabo en Calp, después de perder 10.000 vecinos en pocos años y llegar a quedar incluso por debajo de los 20.000 habitantes. La medida, como ya informó en su momento este periódico, estaba siendo exitosa. A la vista de las cifras que maneja el INE como presumiblemente definitivas, no sólo se confirma esto, sino que otras localidades han decidido seguir el mismo camino.

Prueba de ello es que casi todos los municipios costeros y prelitorales de la provincia han justificado un número de habitantes mayor que los señalados en un principio por el INE. No sólo Calp, que remonta a los 20.804 vecinos, 1.213 más que en el último padrón oficial, sino también la Nucia, l'Alfàs del Pi, Altea, Benidorm, Dénia, Xàbia, Rojales, Guardamar, San Fulgencio. Por pocos que sean, todos los citados logran sumar algunos vecinos más de los que decía el organismo estadístico nacional. El caso más significativo es Orihuela, nada menos que con 1.005 empadronados más tras las alegaciones, aunque de todos modos hay 4.262 habitantes menos que a 1 de enero de 2016. En contraposición a esto, Torrevieja, Benissa y Teulada no han aumentado su vecindario, manteniendo las pérdidas señaladas por el INE a principios de año.

De cualquier forma, la pérdida de población continúa, a la vez que se hacen más que evidentes los esfuerzos de los municipios para detener la sangría demográfica en la medida de lo posible. Y no únicamente en grandes poblaciones; por ejemplo, Beniarrés, Benidoleig y Relleu han «repescado» 42, 58 y 69 habitantes, respectivamente, gracias a los cuales se afianzan por encima del millar de vecinos. Otro caso más que llamativo es el de Benigembla, donde tras las alegaciones el padrón ha subido de 373 a 433 habitantes.

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