La decisión de la naviera italiana Costa Cruceros de no programar más escalas en Alicante mientras la ciudad no ofrezca a sus pasajeros un aliciente turístico singular ha caído como un jarro de agua fría entre hosteleros y comerciantes, que lo ven como un golpe al sector turístico.

Costa Cruceros trajo en 2016 a más de 45.000 pasajeros, la mitad de los que llegaron en todo el año, quienes dejaron en la ciudad ingresos por más de dos millones y medio de euros. De ahí que los empresarios exijan al Ayuntamiento, al Puerto y a las demás entidades implicadas que se pongan las pilas para recuperar a la naviera, que este año sólo ha traído un buque a la ciudad, en abril, y que no ha contratado escalas en 2018.

La preocupación del sector turístico es compartida por el conseller de Economía, Rafael Climent, de Compromís, quien ayer en Alicante apostó por sentarse a hablar con la naviera y hacer lo posible para que se quede en la ciudad, «porque desde la Administración estamos obligados a que cualquier empresa ubicada en nuestro territorio continúe y a trabajar para que pueda mejorar sus ganancias».

Por su parte, la concejala de Turismo de Alicante, la socialista Eva Montesinos, restó importancia a la marcha de Costa Cruceros y aseguró que vendrán en 2018 otras compañías y buques más grandes. Sobre el hecho de que el año pasado Costa Cruceros realizara 13 escalas en Alicante, frente a una sola este año y ninguna en 2018, dijo: «No han suprimido escalas, es que no las han programado. Esto no quiere decir que no vayan a volver».

El que la ciudad se quede sin los barcos de Costa Cruceros supondrá una merma de ingresos importante, destaca la presidenta de la Asociación de Hostelería, María del Mar Valera. «Para hosteleros y comerciantes es negativo. Si no tenemos un icono como L'Oceanogràfic de València, habrá que dar otra cosa. El Ayuntamiento tendrá que buscar qué y conseguir que los que se han ido vuelvan y que los que vienen ahora no se marchen».

La Asociación Provincial de Hoteles mostró también su preocupación pese a que los cruceristas no sean clientes directos de estos establecimientos. «El que Costa Cruceros valorara en su día el esfuerzo de la ciudad y del Puerto para que vinieran fue una apuesta positiva por nuestro destino. Hay que buscar soluciones para potenciarlo», afirmó la presidenta del colectivo hotelero, Isabel González.

«Los cruceristas dejan en la ciudad sus ingresos. El turismo es un sector muy transversal, y esta noticia no es buena. Nos sumamos al desencanto porque Costa Cruceros decida venir y luego marcharse», agregó Isabel González, quien recordó que «el turismo sigue siendo el motor económico de la ciudad». A la vez, se postuló a favor de la flexibilización de horarios comerciales y por la apertura comercial los domingos para ofrecer al turista los mejores productos de la provincia, como el calzado.

Los comerciantes consideran que se están perdiendo oportunidades. El presidente del Colectivo, Domingo Martínez, invita a reflexionar sobre si verdaderamente Alicante tiene atractivos. El vicepresidente, Vicente Armengol, reclama que se concreten iniciativas como el tren turístico y las rutas para cruceristas, y el secretario general de la patronal del comercio, Francisco Rovira, afirma que no es la mejor noticia para Alicante.

José María Hernández, portavoz de una plataforma de doce asociaciones de vecinos, dijo que la falta de alicientes turísticos de Alicante es una realidad porque el tripartito está ocupado en «cosas estériles», en lugar de dar facilidades a las agencias turísticas y de crear rutas y dotarlas de contenido, «hacerles recepciones coloristas y musicales, guías a pie, visitas a museos, recepciones en el Ayuntamiento... es decir, poner cariño e interés».

También se refirió a la marcha de la naviera Natxo Bellido, de Compromís, y portavoz del tripartito en el Ayuntamiento. Dijo que no es una buena noticia para Alicante y que hablarán con sus socios socialistas de gobierno, responsables del área de Turismo, para «ver si hay que mejorar cosas y trabajar en ello».

Bellido considera que están funcionando muy bien el turismo deportivo y el de congresos, «también el de cruceros ha mejorado ostensiblemente y ese es el camino. Y si alguien se ha ido, habrá que luchar por recuperarlo y por que vengan otros». El tercer socio del tripartito, Guanyar, no quiso valorar la fuga de Costa Cruceros.

Sin embargo, la oposición se mostró muy crítica con la gestión de la edil de Turismo, Eva Montesinos. El portavoz del PP, Luis Barcala, dijo que la pérdida de cruceros es un «mazazo para la ciudad por la pérdida de inversiones y de imagen, de una importante fuente de riqueza y, lo más grave, de puestos de trabajo».

El edil popular considera que, aunque Alicante tiene atractivos turísticos de sobra, «el tripartito ha hecho todo lo posible para conseguir que la naviera Costa Cruceros suprima sus escalas porque no se puede hacer peor. La ciudad está sumida en una inseguridad jurídica permanente; nadie sabe en qué domingos y festivos van a poder abrir los comercios; la concejal de Turismo demuestra permanentemente su incapacidad para gestionar su área, y la suciedad es un problema grave que se acrecienta por la falta de medidas».

Ciudadanos anunció que pedirán al pleno la reprobación de la edil de Turismo. Su portavoz adjunto, Antonio Manresa, considera inexplicable que en dos años de mandato el tripartito no haya sido capaz de articular las rutas turísticas para cruceristas y que museos y centros culturales no tengan flexibilidad horaria para adaptarse a la llegada de buques.

En cambio, el grupo municipal del PSOE emitió un comunicado para defender el «magnífico trabajo que en materia turística viene realizando» Eva Montesinos. Aunque lamentaron la decisión de Costa Cruceros, «más lo lamentamos por sus clientes, que se verán privados de una ciudad que está trabajando mucho y bien por poder mostrar al mundo lo que somos». Y aseguraron, en la misma línea que la edil, que la terminal cuenta con navíos más grandes, como Norwegian, TUI Cruises y AIDA, que han confirmado escalas en Alicante en 2018 con más pasajeros.

Incide el PSOE en que el número de cruceristas para 2017 ha alcanzado los 105.000. Sin embargo, Puertos del Estado cifra en 30.029 los pasajeros que han llegado en el primer semestre al Puerto, un 30% más que en el mismo periodo de 2016, pero muy lejos de Cartagena, directa competidora que con 91.801 pasajeros registra un 42% más.

El director de Operaciones de la estación de cruceros, Francesco Balbi, que se reunió ayer con la concejal de Turismo, dijo que la marcha de la naviera italiana es un toque de atención pero indicó que esperan recuperarla y compensar ese bajón con el crecimiento que se prevé en cruceros para 2018.

Puertos competidores

Mientras, el diputado provincial de Turismo, Eduardo Dolón, del PP, mostró su disposición a colaborar con el Ayuntamiento para evitar «una pérdida que no nos podemos permitir», dijo sobre la marcha de Costa Cruceros, «una noticia preocupante, sobre todo si se van a puertos cercanos», como Cartagena, director competidor.

Dolón avanzó que la Diputación trabaja en una «oferta potente» de cruceros para 2018, un producto global para cruceristas que se llevará a las ferias del sector, centrada en el Puerto de Alicante. Dijo que el Patronato Provincial de Turismo ha mantenido reuniones con tres navieras y con la Autoridad Portuaria.

Escalas

La naviera italiana Costa Cruceros no volverá a hacer escalas en Alicante hasta que la ciudad no ofrezca alicientes turísticos singulares a los pasajeros. Así de clara y rotunda fue la compañía en sus conversaciones con el director de Operaciones de la terminal alicantina, Francesco Balbi, durante la Feria de Hamburgo de septiembre, en la que las navieras cerraron contrataciones para el próximo año. Alicante se queda sin una de las principales compañías que operaban en el Puerto, donde en 2016 sus buques hicieron 13 escalas con 45.000 pasajeros.

Se trata de una pérdida muy sensible ya que tal volumen de cruceristas supuso casi la mitad de los que desembarcaron en todo 2016 en Alicante, según ratificó Balbi. Dejaron más de dos millones y medio de euros en comercio y hostelería ya que los buques de la naviera trabajan sobre todo con turistas italianos, que junto a los brasileños son los que más dinero gastan, según las estadísticas de la estación de cruceros. Un panorama que se barruntaba con el bajón de este año, con sólo una escala en Alicante, un buque que atracó en abril con 4.000 personas.

«¿Por qué una naviera elige un destino? Para mostrar a sus pasajeros algo único y diferente», explica el director de Operaciones de Alicante Cruise Terminal, preocupado por la decisión de la compañía italiana con sede en el puerto italiano de Savona. Balbi espera que la llegada en 2018 de otras navieras con buques más grandes ayude a cumplir con la previsión de 60 escalas y 120.000 pasajeros. Sin embargo, admite estar preocupado. «Vamos cojos, damos dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. No crecemos al ritmo que esperábamos».

Según la estadística de enero a junio de Puertos del Estado, Alicante recibió 30.029 pasajeros, un 30% más que el mismo periodo de 2016, pero aún muy lejos de Cartagena, directa competidora, con 91.801 pasajeros, un 42% más.

Entre los problemas que lastran la recuperación y desarrollo de Alicante como puerto base y de escala de cruceros está el retraso en la confección de rutas para los cruceristas, de las que se lleva hablando más de tres años y que no se podrán ofrecer a las navieras hasta finales de 2018 ó 2019.

La asociación Alicante por el Turismo de Cruceros, en la que está integrada la terminal y que cuenta con el respaldo del Ayuntamiento, presentó en Hamburgo los itinerarios por la ciudad que están más avanzados, con especial interés de las navieras por los mercados, refugios de la guerra y Tabarca. «Si gustan mucho ojalá podamos venderlas para finales de 2018», avanza Balbi. Los planes en el sector se marcan a dos años, que es el tiempo que transcurre entre que los touroperadores compran las excursiones para luego vendérselas a las navieras y que éstas las oferten al turismo.

Sin embargo, las rutas en las que se trabaja no convencen a Costa Cruceros. «No es lo que piden. Costa quiere algo especial, algo único que Alicante pueda ofrecer en el mediterráneo español». Balbi puso de ejemplo l'Oceanogràfic de València o el cuidado casco histórico de Málaga. «Alicante debe pensar en inventar algo porque tiene más que ofrecer que el sol y playas».

Como idea, Cruise Terminal propone excursiones para ver la puesta de sol en Tabarca y poner en valor su fondo marino; visitas teatralizadas en el Castillo; y rutas guiadas al aljibe de la fortaleza. «¿Por qué no explotar como hito esos depósitos de agua, como Estambul hace con sus cisternas romanas?», se preguntan.

Alicante tampoco se lo pone fácil a los cruceristas. La empresa de la estación marítima ha recibido numerosas quejas por la suciedad, los gorrillas, el excesivo tráfico, las calzadas en mal estado y las colas al sol para subir al Castillo por el ascensor del Postiguet. Y a la falta de oferta de atractivos históricos y culturales se suma ahora, indican desde el sector, el cierre del gran comercio los domingos.