La publicación esta semana en el Boletín Oficial del Estado de la licitación del estudio para convertir en ancho «AVE» el tramo València-Castellón ha significado el pistoletazo de salida para solucionar un problema que lleva años sin resolver, la necesidad urgente de recortar el tiempo de viaje entre Alicante y Barcelona, un recorrido en kilómetros similar al que une Alicante con Madrid pero en el que se tarda el doble de tiempo, más de cuatro horas. El Ministerio de Fomento anunció en su día, que todo estaría resuelto en 2019, pero los cambios incorporados en las actuaciones del Corredor Mediterráneo van a provocar que el tiempo de viaje no se pueda recortar hasta 2022 cuando está previsto que culmine un proyecto que ha vuelto al estudio informativo con un presupuesto de 660.000 euros y un plazo de ejecución de dos años.

El tramo València-Castellón del AVE se transformará finalmente a una plataforma de ancho de vía internacional (pasajeros y mercancías), lo que permitirá reducir en 90 minutos el tiempo de viaje en tren entre Alicante y Barcelona a partir de 2022, pero no en 2019 como estaba previsto. De las cuatro horas y media actuales se pasará a un viaje de 3 horas, ya que los trenes podrán circular a más de 300 kilómetros hora. Las obras arrancarán a finales de 2019 con un inversión de 1.170 millones de euros. Tiene una longitud aproximada de 62 kilómetros y permitirá a los servicios comerciales de viajeros circular a una velocidad máxima de 350 km/hora.

La modernización del tramo València-Castellón del AVE ha sufrido varios vaivenes desde que se acordara su mejora en la ya histórica reunión de Murcia en la que se decidió que el AVE de Madrid también llegara a Alicante gracias a la gestión y empeño del entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, porque en un principio solo estaba previsto el València-Madrid. El tramo llegó a estar, incluso, en obras pero los recortes económicos en 2010 por la crisis económica lo condenaron al olvido. Este verano se ha reactivado pero los plazos son los plazos.

En cuanto al tráfico de mercancías, el Plan Estratégico que Fomento quiere llevar a cabo incluye la conexión de todos los puertos del Corredor Mediterráneo a la red de ancho estándar con soluciones acordes con las necesidades de cada instalación, como la implantación del tercer carril. Esta es una de las asignaturas pendientes del Ministerio de Fomento con Alicante, ya que el puerto solo está conectado a la red de ancho convencional y nada se sabe todavía de cómo ser hará el enlace con el corredor.

Esta actuación, junto a la construcción del túnel pasante en València ya aprobado por la Sociedad de integración de la Alta Velocidad en València, logrará reducir el tiempo de viaje entre Barcelona y València a 2 horas, desde Barcelona hasta Alicante a 3 horas y hasta Castellón a 1 hora y 35 minutos, permitiendo así servicios competitivos para los trenes de mercancías, más eficientes y ágiles, al incorporar un nuevo trazado.

Esta reducción de tiempo se producirá también gracias a las propuestas de inversión ya programadas por el Ministerio de Fomento para incorporar el ancho UIC en otros tramos: la variante de Vandellós-Tarragona, el cambio de ancho Castellón-Vinarós y las actuaciones entre València-La Encina.

Una vez que entre en servicio la vía con tercer carril entre València y Castellón que en estos momentos se encuentra en pruebas, previsiblemente a finales de año, Adif empezará con las obras en la otra vía de este mismo tramo para incorporar también el tercer carril. Se ha previsto abordar la construcción de una nueva plataforma y el marco presupuestario de los próximos ejercicios para esta infraestructura. Adif inició, por su parte, a mediados de 2016 los trámites previos a la ocupación de terrenos que servirán para acopio de los materiales necesarios para el montaje de vía en el trayecto Alcudia de Crespins-Nudo de La Encina, de 39 kilómetros, dentro de las obras del Corredor Mediterráneo entre Alicante y Villena de ancho ibérico.

Las obras, en el que se incluye el tramo Alcudia de Crespins-Nudo de La Encina, consisten en la construcción de una plataforma ferroviaria -ya finalizada- para albergar un corredor de ancho ibérico que conecte ambas localidades. Una vez puesta en servicio esta vía se desviará todo el tráfico entre Alicante y València, tras pasar La Encina, por la misma y se iniciarán los trabajos de la segunda fase, que consisten en la adecuación de la actual plataforma para el tráfico de viajeros de alta velocidad en doble vía internacional.