Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La bajada de la ganadería extensiva acaba con los cortafuegos naturales

Un informe alerta de que en 10 años ha descendido en la provincia un 20% la cabaña de bovino, caprino y porcino, sobre todo ovejas y cabras

Imagen de una explotación de ganado caprino en Elche. ANTONIO Amorós

La progresiva desaparición en la provincia de Alicante de la ganadería extensiva (rebaños de ovejas y cabras que pastaban en los montes), por la falta de ayudas y rentabilidad económica debido al hundimiento de los precios y el escaso apoyo de la Administración, ha dejado a la masa forestal sin un aliado natural clave para la prevención de los incendios, debido a que las tierras donde se alimentaban se encuentran abandonadas por falta de mantenimiento, afectando a los cortafuegos que han perdido su efectividad. Según un informe de la organización agraria Jóvenes Agricultores-Alicante (Asaja), en los últimos se ha perdido el 20% de la cabaña ganadera alicantina, principalmente caprina y ovina, que es la que recorría los campos. De un censo total de 243.137 cabezas (incluye vacas y cerdos) en 2006 se ha pasado a 193.348 en la actualidad y casi todos en fincas particulares, no en el campo abierto.

Jóvenes Agricultores aboga por la agricultura y la ganadería extensiva como la mejor arma de prevención de incendios y alerta de que el paulatino abandono de la actividad agropecuaria ha provocado la desaparición de muchos cortafuegos y la proliferación de biomasa forestal, que actúa como «gasolina» en caso de que se declare el fuego.

Eduardo Cantó, ganadero miembro de Asaja reclama, en este sentido, una gestión forestal adecuada que impulse la agricultura y la ganadería. «La ganadería extensiva, además de prevenir incendios y mantener el monte, también produce riqueza y parece ser que la Administración y la sociedad en general no lo tienen en cuenta. De hecho, existe una dejadez generalizada en cuanto al mantenimiento de infraestructuras y dotaciones en los montes destinadas a los animales que salen a pastar y deben pasar la noche en el campo».

La señalización de las vías pecuarias también es ya casi inexistente. «La realidad es que la ganadería juega un papel vital en el mantenimiento de nuestros montes pero hay una nula gestión del territorio con ganado», subraya Cantó.

La Administración debe tener en cuenta, según Asaja, que, para que una explotación ganadera sea rentable, debe contar al menos con 400 cabezas, pero la orografía del interior de la provincia, donde los rellanos, bancales y zonas abruptas predominan sobre los altiplanos, hace imposible que un empresario tenga semejante cantidad de animales.

Por ello, para que no se pierda esta profesión por completo por la falta de rentabilidad, «la Administración debiera remunerar la gestión de territorio con ganado y compensar económicamente a los ganaderos que tienen menos animales porque, además mantener el campo y preservar el valor ecológico de nuestros bosques, producen alimentos y dan riqueza, y esto debe compensarse y valorarse», afirma Eduardo Cantó.

En definitiva, desde Asaja denuncian que la Administración no analiza los problemas con perspectiva y luces largas y no apoya decididamente a los ganaderos que, incluso, son mal vistos y cuando hay incendios muchas veces son los primeros en ser señalados con el dedo, cuando son los primeros perjudicados ante este tipo de catástrofes. «Si no se apoya la agricultura y ganadería luego pasan están cosas. Se ha desmantelado un sector y ahora no tenemos instrumentos básicos para controlar los incendios», asevera Eladio Aniorte, presidente de Asaja.

Este verano el riesgo de incendio en la provincia es máximo. Las altísimas temperaturas registradas en los últimos días, con máximas de 40º en la comarca de l´Alcoià y 37º en Orihuela, unidas al crecimiento rápido y denso de matorral, favorecido por las intensas lluvias y nevadas del pasado invierno, la falta de mantenimiento de áreas forestales y el paulatino abandono de las actividades agrícolas y ganaderas, forman un «cóctel molotov» que han convertido el interior de la provincia y las montañas en un foco altamente propenso al fuego. Ayer mismo, la rápida intervención de los bomberos evitó un incendio forestal en la reseca Serra Grossa de Alicante, en la zona de Vistahermosa, donde la limpieza del monte sencillamente no existe.

Compartir el artículo

stats