Lo que iba a ser una semana tranquila de crucero por el Mediterráneo terminó convirtiéndose en una pesadilla para una parte de los pasajeros que viajaban a bordo del buque Horizon, de la compañía Pullmantur, con embarque en los puertos de Alicante y Málaga. Noches enteras sin dormir debido a la vibración del barco, aseos rotos, malos olores, suciedad y mala organización desembocaron finalmente en un motín en medio de uno de los espectáculos del crucero.

La pesadilla para pasajeros como José Vázquez comenzó nada más llegar al barco. "Generalmente, cuando embarcas, la maleta te la llevan directamente al camarote antes de que tú llegues ya la tienes. En nuestro caso llegó la noche y no las habían llevado. Al final la encontré en medio de un montón de maletas que había tiradas en medio del pasillo. Me llevé la mía como podía haber cogido cualquier otra". Este pasajero embarcó en Málaga junto a sus padres, sus tíos y su hermana. En total, cuatro camarotes "por los que pagamos más de 6.000 euros". Nada más embarcar, los pasajeros también denuncian que los aseos no funcionaban correctamente. "El olor a cloaca por todo el barco era insoportable", afirma Vázquez. El argumento que los trabajadores les dieron "es que la semana anterior habían estado en el barco 700 escolares en viaje de fin de curso y que habían tirado de todo por los inodoros, pero ese no es mi problema, que no hubieran dejado zarpar el barco en esas condiciones".

Sin embargo, lo peor estaba por llegar. La segunda noche de travesía, a las 3 de la madrugada, una buena parte de los pasajeros se despertaron sobresaltados por el ruido y las vibraciones de los motores. "Me desperté asustado y salí corriendo al pasillo porque el sonido era insoportable. Allí me encontré a otros pasajeros que, como yo, habían salido de sus camarotes y que incluso llevaban el chaleco salvavidas puesto porque pensaban que el barco se hundía". El ruido ya no les abandonó en todo el viaje. Hubo excursiones, recuerda José Vázquez, "que habíamos contratado y a las que no fuimos para poder dormir, porque las horas que el barco permanecía atracado estaba en silencio. La visita a Roma sí que la hice y me quedé dormido en el autobús, fue espantoso". Este pasajero llegó a dormir una noche en la recepción del barco, donde no se oía tanto el motor del barco.

El intenso ruido afectó sobre todo a la zona de popa del barco, donde también tenían sus camarotes Ana Belén Velasco y su familia. "Mi marido sufre migrañas y tenía que ir atiborrado de pastillas porque el dolor de cabeza era insoportable y yo me tuve que tomar relajantes musculares para tratar de dormir". Velasco recuerda que no se trataba sólo de ruido en el camarote. "Es que temblaban las paredes y los cajones se abrían de la vibración tan fuerte de los motores". Esta malagueña también renunció a algunas excursiones para poder dormir y recuerda que en Alicante tuvo que bajar casi a rastras a sus hijas del barco "porque querían quedarse descansando en el camarote".

Pese a que las quejas se acumulaban según pasaban los días, en todo momento, los trabajadores del barco les decían a los pasajeros que el ruido era "el habitual de un barco", como recuerda Vázquez. El nivel de crispación iba creciendo según trancurrían las noches sin poder conciliar el sueño hasta que la paciencia de algunos viajeros estalló, interrumpiendo uno de los espectáculos del crucero para mostrar su enfado por la situación. "En todo momento fuimos respetuosos con los trabajadores, sólo exigíamos que nos permitieran hablar con un responsable del barco". Y es que, según denuncia José Vázquez, el barco carecía de hojas de reclamaciones, "ya que tiene bandera de Malta y sólo había hojas internas de quejas que no iban a ningún sitio". Este afectado también recuerda cómo alguna de las noches, cuando fueron a recepción para protestar por el intenso ruido y exigir hablar con un responsable del barco, "nos decían que hasta por la mañana no se les podía molestar".

Durante la travesía también se produjo el fallecimiento de uno de los miembros de la tripulación que se encargaba de la limpieza de los camarotes. "Todo se llevó con mucho secretismo por parte del resto de la tripulación. Se cerraron zonas enteras del barco y todo trató de taparse".

La empresa

Desde la empresa Pullmantur culpan de la avería de los inodoros "al vertido de múltiples objetos inadecuados en algunos de los aseos del barco" y señalan que "finalmente se vieron afectadas el 25% de las cabinas". En cuanto a los ruidos, la empresa señala que "es normal que exista sonido de motores a bordo, ya que es un medio de transporte en constante movimiento"- Según la empresa, "entendemos que cada pasajero tiene una sensibilidad diferente". Pullmantur asegura que en estos momentos, el buque Horizon "está navegando por el Mediterráneo sin ningún incidente y con total satisfacción por parte de nuestros pasajeros"