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Olvidados y despreciados listines

El Gobierno adjudica por decreto a Telefónica la edición por otro año de las guías, un artículo condenado al ostracismo

Olvidados y despreciados listines telefónicos

Durante mucho tiempo fueron un elemento cotidiano en las casas, los comercios y las empresas, ocupando un lugar destacado cerca del teléfono y donde se pudiera tener bien a mano. Las guías eran algo de consulta obligada para quien debía averiguar un número en concreto o bien para buscar las señas de algún abonado. Hace ya tiempo que comenzaron a desaparecer de la vida diaria, convertidas por la evolución tecnológica en algo cada vez más accesorio, obsoleto, poco práctico y con una utilidad muy cuestionada dentro de las pautas habituales de la sociedad de la información. Sin embargo, su final aún no ha llegado. A los viejos listines, puede decirse, les ha sido concedida otra prórroga in extremis.

El Gobierno obligó por decreto a Telefónica en los últimos días de 2016 a asumir la edición y distribución de las guías por un año más, con una posible prórroga hasta 2018. Los directorios forman, junto con las cabinas, parte de ese servicio universal de telecomunicaciones al que ninguna operadora ha querido optar de motu propio al no esperar rentabilidad alguna en tal negocio. Y es que esa prestación de servicio básico, tanto en lo referente a las guías como a las cabinas, choca por sus tradicionales formas con los usos actuales de la sociedad para comunicarse, donde el teléfono fijo teléfono apenas se utiliza y la mensajería instantánea y las redes sociales a través de dispositivos móviles llevan la voz cantante.

Las también conocidas como «páginas blancas» dejaron de editarse en papel en 2012, con la entrada en vigor del anterior contrato del servicio universal de telecomunicaciones, que ya se asignó por decreto a Telefónica. Desde entonces sólo se publican en ese formato las Páginas Amarillas, aunque los tradicionales listines se siguen confeccionando y distribuyendo en formato digital. Con un formato similar al de sus últimos años en papel, los directorios de toda España están disponibles para su libre descarga en la página web de Telefónica. Desde 2012 se han ido colgando las sucesivas ediciones que se han ido realizando; de la última aún quedan por salir varias provincias. Las guías, además, pueden solicitarse en formato impreso a Telefónica.

No obstante, la generalización en el uso de buscadores de internet, incluyendo el de la propia Telefónica, lleva a que incluso en formato digital la consulta de las guías tradicionales sea más que testimonial. Según informó hace unos días Europa Press, a partir de datos del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, a lo largo de todo el año 2015 sólo se descargaron en toda España 9.998 ejemplares de guías telefónicas en «pdf». En cuanto a la edición de ejemplares impresos, el número es irrisorio: únicamente 127 en todo el país.

Este periódico ha intentado sin éxito obtener datos relativos a la descarga e impresión de guías telefónicas de la provincia de Alicante, aunque, en cualquier caso, las cifras nacionales hablan por sí solas. La escasísima consulta de listines pone de manifiesto el desinterés en torno a un artículo de tan habitual uso en el pasado, y que con frecuencia acababa su vida útil lleno de anotaciones para señalar los teléfonos de especial interés para el usuario.Referencias de una época

Es indudable que las guías telefónicas son a día de hoy artículos obsoletos que, en el mejor de los casos, se guardan como reliquia por algún motivo especial. Entre esas posibles razones están las portadas; a lo largo de los años, las cubiertas de los listines han tenido unos diseños muy variados, a veces llamativos. Hace pocos años, personajes como Scooby Doo, Pedro Picapiedra, Mortadelo y Filemón, Mafalda o Charlie Brown abrieron los ejemplares, pero en décadas pasadas las portadas venían con ilustrativas imágenes de cada provincia. La Explanada de Alicante, la Torre de Sant Josep de la Vila Joiosa o la fuente monumental de Elche son tres ejemplos de esas cubiertas, en las ediciones de 1982, 1978 y 1971.

Además, de forma similar a lo que sucede con una página de periódico, las guías son una foto fija del momento en que fueron editadas, por lo que les otorga un valor documental. El listín puede aportar datos socioeconómicos históricos como quiénes tenían teléfono en un momento dado o las empresas y comercios existentes en la época. Un uso como recurso para la investigación que quizá sea de las pocas utilidades que pueda tener ya un elemento que está condenado a desaparecer.

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