Nadie se atreve en el Ayuntamiento a poner una fecha para la puesta en marcha del Observatorio de Medio AmbienteObservatorio de Medio Ambiente y la fachada de una instalación todavía en obras ya «luce» varios grafitis. Casi una decena de pintadas se pueden observar, desde hace unos días, en el lateral más alejado al parque Lo Morant. El Observatorio de Medio Ambiente se encuentra sin terminar, repleto de escombros en su entorno y a la espera de que se encuentre una solución al conflicto existente entre la constructora y la empresa redactora del proyecto. «La obra ya está recepcionada, pero hay algunos detalles por terminar y la empresa constructora se niega a asumir ese coste», explicó ayer el portavoz del tripartito, Natxo Bellido, quien prevé que al situación pueda concluir con la realización de esos trabajos por otra mercantil a través de contratos menores.
Por otro lado, también faltan las obras de acceso para la inauguración del Observatorio, que si no está en marcha a principios del próximo año puede ver peligrar la subvención europea de unos 620.000 euros. «En breve saldrá la licitación el acondicionamiento del entorno», añadió Bellido.
Mientras concluyen las obras del edificio y empieza el acondicionamiento de los accesos, los vándalos ya han dejado su firma en la fachada del edificio. Por ahora, ya se pueden ver casi una decena de grafitis, con al menos cinco autores distintos. Una de las firmas, de hecho, aparece en tres ocasiones, entre el primer piso -en la cristalera- y la planta baja.
Una obra, mil líos
A principios de 2012 arrancaron las obras de construcción del Observatorio, que por entonces estaba previsto que entrase en funcionamiento en el primer trimestre de 2013. Un año después, el Ayuntamiento, dirigido por el PP, rompió el contrato con la concesionaria, de Madrid, por incumplir los plazos: sólo se había ejecutado un 48% de la obra. Ya con el tripartito, hasta ocho empresas se presentaron al concurso: quedó excluido el alicantino Enrique Ortiz por una «bajada desproporcional» en su propuesta económica y, tras la renuncia de la ganadora, el contrato quedó en manos de una empresa de Murcia, que propuso una reducción en cuatro semanas del plazo de ejecución. Sin embargo, a final de 2015 -fecha tope para recibir fondos de Europa- el Ayuntamiento sólo pudo certificar el 91% de las obras, perdiendo entonces 60.000 euros de subvención. Hoy, nueve meses después, el edificio sigue sin fecha para su inauguración.
