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Alicante y su comarca beberán agua desalada tras el fiasco del Júcar-Vinalopó

La medida afecta a la capital y a Sant Joan, San Vicente, Mutxamel y El Campello

Alicante y su comarca beberán agua desalada tras el fiasco del Júcar-Vinalopó

El Ministerio de Agricultura ha llegado a un acuerdo con la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó para incorporar la desaladora de Mutxamel al proyecto, lo que se traducirá en que, de entrada, 7 hm3 de la planta se destinarán todos los años a reforzar el abastecimiento humano de Alicante, Sant Joan, San Vicente, Mutxamel y El Campello, como parte de esos 30 hm3 de agua potable que deben obtenerse para la firma del convenio de explotación.

La adhesión de la planta que desala agua del mar captada en El Campello -inicialmente se proyectó para abastecer a la viviendas del plan Rabasa de Alicante y completar el suministro de Benidorm- se produce por la obligación de cerrar acuíferos en el Vinalopó y, a la vez, la necesidad de garantizar el abastecimiento urbano en los municipios de l´Alacantí adscritos al Júcar-Vinalopó. Algo que provocará un aumento del consumo de agua desalada en la ciudad de Alicante. En estos momentos, el municipio se abastece en un 29% de los acuíferos del Vinalopó y en un 71% de Taibilla. La Mancomunidad ha ido incoporando progresivamente la desalación a su «bolsa» de agua debido a la sequía. Ahora mismo el caudal está en torno al 25%.

La Junta Central sigue trabajando, por otro lado, con la Confederación del Júcar para perfilar el futuro del trasvase tras asumir que la opción de Cortes de Pallás es hoy una quimera y el futuro pasa por mejorar la calidad del agua que llega desde Cullera.

En estos momentos llegan 15 hm3 que han servido para que los regantes de la zona de Aspe puedan disponer de agua, pero falta concretar el futuro, que pasa por disponer de 50 hm3 para la agricultura y 30 hm3 para el consumo urbano, el gran caballo de batalla de un trasvase en el que se han invertido 450 millones de euros de fondos públicos y que hay que rentabilizar.

Bruselas exige clausurar acuíferos en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó y sustituir los caudales que se extraían por el agua del Azud de la Marquesa, tras el cambio unilateral que se hizo del proyecto para trasladar la toma del agua desde Cortes de Pallás a la desembocadura del río. Un punto donde el agua no es apta para el consumo urbano al estar compuesta por caudales de retorno de los regadíos intensivos de la agricultura de la comarca de la Ribera.

El Instituto Interuniversitario de Geografía viene denunciando desde hace años el riesgo de consumir un agua en la que periódicamente aparecen restos de pesticidas. Sin embargo, la sequía y la falta de recursos hídricos provocan que los regantes claudiquen y busquen ahora la mejor solución para garantizarse que los ayuntamientos contribuyan a pagar la factura del trasvase. La desaladora de Mutxamel es una opción pero habrá que buscar otras fuentes hasta alcanzar los 30 hm3 prometidos, ampliándola y conectándola posteriormente con el Vinalopó. Algo que, expertos consultados por el periódico consideran inviable desde el punto de vista económico.

El complejo de la desaladora de Mutxamel -en total casi 60 millones de euros de inversión- tiene 13 kilómetros de conducciones, dos depósitos y varias estaciones de impulsión, con un coste de 14,4 millones de euros. En concreto, se han desplegado más de 10 kilómetros de conducciones entre la desaladora y la zona norte de Alicante, correspondientes al ramal sur, y se ha construido un depósito en Sant Joan de 8.000 m3 de capacidad.

Por otra parte se ha instalado una conducción de 2,4 kilómetros que enlaza la planta con otro depósito de 10.000 m3 en El Campello, dentro del ramal norte, que se completará en la segunda fase con otro depósito en esta zona, una estación de impulsión y una tubería para enlazar con la conducción Rabasa-Amadorio, que permitirá abastecer a Benidorm y su entorno en caso de necesidad. Esta segunda fase contempla 26 kilómetros de conducciones y tres depósitos con una capacidad total de 16.000 m3, con una inversión de 18 millones de euros.

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