Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Obras a medias en el colegio Manjón Cervantes de Alicante

El Consistorio no ha mejorado los accesos al centro educativo que fue inaugurado hace un mes

Obras a medias en el colegio Manjón Cervantes de Alicante

Un mes después de la esperada inauguración del colegio público Manjón Cervantes, cuyos alumnos han pasado seis años en barracones, los padres de alumnos lamentan que el Ayuntamiento no haya actuado como se comprometió en el ensanche de las aceras para el acceso al centro escolar.

El primer día de clase, el pasado 11 de enero, las familias lo advirtieron y desde la dirección del colegio se hizo llegar a los responsables municipales por escrito la urgencia de ampliar las aceras «porque es muy complicado entrar todas las mañanas. Para facilitarlo, lo que hacemos los padres es dejar a los niños en la puerta e irnos rápido de la entrada para dar paso a otros», explica la presidenta del colectivo.

Las visitas guiadas que está organizando el centro para que las familias puedan ir visitando el centro remodelado progresivamente, están poniendo en evidencia el gran contraste existente entre las instalaciones interiores, para las que no tienen pegas los padres, y las del exterior, en lo que llegan a echar de menos incluso las que tenían en los barracones.

«Las aulas prefabricadas eran una patata y además estaban lejísimos, pero había gran amplitud en los accesos y la gente ahora lo echa de menos», abunda Sylvia Santivañez, la presidenta de la AMPA.

Mala imagen

A los padres les gustaría ver desde fuera cómo entra su hijo a clase, pero la estrechez de las aceras lo imposibilita. «Desde el Ayuntamiento dijeron que iban a actuar, pero después de un mes sin respuesta alguna no sabemos si es que hay alguna complicación, o si los trámites son lentos, porque no se nos ha dicho nada. Por eso pedimos de nuevo que se solucione». Apuntan que en otros colegios, como el cercano concertado San José de Carolinas, «se han eliminado algunas plazas de aparcamiento justo a la altura de la entrada al centro, lo que permite ganar espacio para los accesos».

Para colmo de males, -en lo que a los accesos se refiere, que afecta a las dos puertas por las que pasan los más pequeños de Infantil y de Primaria hasta cuarto curso por una de ellas; y los de quinto y sexto curso por la otra- ambas puertas están jalonadas por sendas ristras de contenedores de basura.

Desde la AMPA reconocen que tras la primera queja, el mismo día que se inauguró el colegio, los equipos de limpieza pasan con frecuencia por la zona incluso con mangueras y productos que dejan buen olor, «pero es un espacio es tan estrecho para acceder que lo que nos faltaba son todos los contenedores allí agrupados. Sugerimos que los pasen a la manzana contigua, porque además sucede en los dos accesos al colegio, casualmente», aprecia Santivañez.

«El colegio por dentro está fenomenal, por eso insistimos en las deficiencias del exterior», apuntan los padres. Y es que el muro externo no ha sido objeto de reforma alguna, como sí ha sucedido con el centro escolar, y el contraste molesta a las familias. «No está en buenas condiciones, lleno de desconchones», lamentan.

La edil de Mantenimiento, Gloria Vara, declaró el mismo día que se inauguró que, al margen de la ilusión por el nuevo colegio, en el Ayuntamiento esperaban que se les hiciera saber «si detectan algún fallo porque trataremos de subsanarlo de inmediato. Hay un plazo de correcciones con los arquitectos y la empresa por si hubiera deficiencias con garantía de un año y otra de cuatro años por vicios ocultos». Los padres de lo que se quejan es del exterior.

Compartir el artículo

stats