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El trasvase no cubre ya ni el abastecimiento de los hogares

El Ministerio Agricultura autoriza el menor envío mensual de la historia del Tajo-Segura, 6 hm3 y obliga a recurrir a las desaladoras

El Gobierno aprueba un trasvase que no da ni para beber

Un paso más hacia el cierre definitivo del trasvase Tajo-Segura. El Ministerio de Agricultura autorizó ayer con su publicación en el BOE un trasvase de 6 hm3 a la cuenca del Segura correspondientes al mes de noviembre, que se convirtió en el más escaso de la historia de la canalización, Trasvase que, además, no sólo no llegará a la agricultura, sino que el caudal tampoco cubre las necesidades totales de abastecimiento de los 2,5 millones de personas que beben agua del Tajo a través del Taibilla, con lo cual se encarecerá el precio del agua al tener que recurrir a la de las desaladoras, ocho veces más cara que la del trasvase. El consumo mensual es de 7,5 hm3, por lo que habrá que recurrir, de nuevo, al agua desalada de las plantas de Torrevieja y Mutxamel.

La sequía sigue machacando la cuenca y el trasvase, paupérrimo, se ha podido aprobar porque el nivel de reserva de agua en los embalses de Entrepeñas y Buendía no ha bajado aún de los 304 hm3, algo que se prevé suceda en enero si no llueve de manera extraordinaria sobre la cabecera. La situación de los embalses de Entrepeñas y Buendía sigue siendo preocupante porque tan sólo almacena 333 hm3 esta semana, 218 hm3 menos que a finales de octubre del año pasado, y 500 hm3 menos que la media embalsada en los últimos cinco años. Sigue sin llover en la cabecera, nadie quiere afrontar la redistribución de los recursos en la cuenca cedente -en el Tajo Medio ha llovido y en la sierra de Madrid también- y la gravedad del problema van en aumento. En 2014, la media de agua embalsada en enero y febrero fue de unos 530 hm3 y la cantidad máxima del año se alcanzó en mayo con 580 hm3. Ni aún así la provincia recibió los caudales marcados por la ley.

El Gobierno envió 20 hm3 para el mes de julio, 15 hm3 en agosto, 10 hm3 en septiembre y 8 hm3 en octubre, con lo cual se va acercando a la línea roja a partir de la cual el «memorándum» del Tajo da pie a que se cierre el grifo. Los agricultores y la Mancomunidad de Canales del Taibilla deberán paliar el recorte con agua desalada de la planta de Torrevieja que se almacena en el embalse de la Pedrera, donde se mezcla con la propia del trasvase. Nadie duda ya en el campo alicantino que en enero -si no se produce un milagro en forma de lluvias en la cabecera del Tajo- el trasvase se cerrará por completo, algo que no ha sucedido en toda su historia. El caudal de la planta de Torrevieja es cuatro veces más caro, pese a la subvención aprobada por el Ministerio de Agricultura, que deja el precio en los 0,42 euros/m3.

En este sentido, el presidente del Sindicato de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, José Manuel Claver, ya anunció hace dos semanas que el Ministerio de Agricultura había cortado el agua que enviaba por el trasvase para regadío. Claver advirtió de que con los 30 hm3 de agua desalada que han comprado a la empresa Acuamed de la planta de Torrevieja cubrirán los regadíos hasta diciembre, por lo que a partir de enero necesitarán agua de trasvases, ya que con la desalada, cuatro veces más cara para el campo, tampoco es suficiente. Los regantes, al igual que el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, plantean al Gobierno que habilite una conexión hacia el Segura desde el Tajo-Medio en la sierra de Gredos, donde el régimen de lluvias es de 2.500 litros por metro cuadrado al año y el caudal es mineral.

Por su parte, Jóvenes Agricultores sostiene que el agua desalada soluciona un problema puntual para poder regar en el mes de enero. Su presidente, Eladio Aniorte, ha advertido en varias ocasiones, sin embargo, del riesgo de que se convierta en algo estructural, pues en la práctica supone, según denuncia, la puesta en marcha de la «cláusula Narbona» del anterior PHN, que sostenía que el Gobierno iría recortando el trasvase a medida de que hubiera recursos de agua desalada. Aniorte teme que esta medida se convierta en un primer paso para cerrar el Tajo-Segura.

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