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Educación recupera la cercanía del domicilio o del trabajo para elegir colegio

El nuevo decreto que prepara el Consell para la admisión de alumnos el curso que viene dinamita el distrito único que implantó el PP - El punto discrecional de cada centro también desaparece

Familias y niños en los accesos a un colegio en un primer día de clase PILAR CORTÉS

El curso que viene habrá un nuevo sistema para sumar puntos a la hora de elegir colegio. El distrito único que implantó el Partido Popular desaparece del mapa a no ser que sólo haya un centro en la localidad de que se trate.

Para todos los demás municipios, las direcciones territoriales de Educación, en contacto con los correspondientes ayuntamientos y teniendo en cuenta la oferta de plazas de cada colegio, volverá a instaurar los distritos escolares.

De esta forma, la cercanía del domicilio al colegio elegido sumará hasta 10 puntos, entendiéndose por domicilio también el puesto de trabajo, de forma que se puede elegir el parámetro que más convenga de los dos.

Sólo tener hermanos en el centro suma más puntos que vivir cerca del colegio. Por cada hermano matriculado se obtendrán hasta 15 puntos, siempre según el nuevo decreto elaborado por el Consell y que esta misma semana será debatido por los representantes sindicales del profesorado y los responsables educativos.

Mientras el niño no nacido también deja ya de ser computable -medida que incluyó el PP y mantuvo pese a sucesivos fallos jurídicos en contra y la reiterada denuncia por la abogacía del Estado-, el que sí que suma a partir de ahora es el hermano en acogimiento familiar, que computa como cualquiera de los demás en la familia.

Control social

La propia conselleria califica el proceso de asignación de las plazas escolares como «uno de los procedimientos anuales más relevantes desarrollados por la administración educativa, no solo por el volumen sino por la importancia que las familias otorgan al acceso a una plaza escolar». De ahí la trascendencia de los cambios introducidos de cara al curso que viene.

La filosofía en la que se apoya el equipo que dirige Marzà apunta a una «mayor transparencia, eficacia y eficiencia, por lo que se refuerza el control social y se conjuga la libertad de elección de centro de las familias, el acceso de todo el alumnado en condiciones de igualdad, la equilibrada distribución entre los centros del alumnado con necesidades específicas y la eficiencia de los recursos públicos», como reza el decreto.

Valenciano

También reaparece la adscripción de los colegios a los institutos, al menos cada uno de Primaria con otros de Secundaria y, cuando no haya suficientes plazas en este último, se asignarán dos centros.

En cualquier caso, cada domicilio deberá contar con varios centros entre los que poder elegir por cercanía, e ineludiblemente uno de ellos deberá contar con enseñanza en valenciano.

Los centros concertados, si así lo decide el titular, también podrán solicitar su adscripción a otros centros en los niveles concertados o bien a otros centros públicos, aunque el alumno previamente matriculado tiene prioridad sobre los que vengan de otro adscrito.

También se reservará plaza de un curso para otro, a todos los alumnos a los que corresponda pasar de nivel en el propio centro, hayan o no aprobado a final de curso.

El único nivel para el que podrá echarse mano del expediente académico a la hora de elegir plaza es el de Bachillerato y los posibles empates a puntos se resolverán como hasta la fecha, mediante sorteo. La renta familiar sigue sin apenas peso en la escolarización, un sólo punto, y el que concedía graciosamente cada colegio a su libre albedrío ha desaparecido de los nuevos criterios de admisión.

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