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El litoral de Alicante, en obras y sin hamacas en plena temporada alta

Los bañistas critican en el arranque de la temporada veraniega la deficiente limpieza de las playas alicantinas, la demora en la reforma del paseo de Urbanova y la falta de actividades que complementan el baño

El litoral de Alicante, en obras y sin hamacas en plena temporada alta

La temporada de baño arranca en el litoral alicantino con la playa de Urbanova en obras y con quejas de los usuarios sobre el mal funcionamiento de los aseos y su escasez, sobre todo en San Juan, donde todavía ayer no había abierto el servicio de alquiler de hamacas; así como con comentarios negativos sobre la limpieza en el Postiguet, la playa urbana de Alicante, que los usuarios comparan con un mercadillo por la gran cantidad de vendedores ambulantes, y donde echan de menos agentes de policía en la arena, servicio que no ha entrado aún en funcionamiento.

Los socorristas ocupan las torres de vigilancia de las principales playas alicantinas desde el lunes primero de junio, con sus motos de rescate y demás material de auxilio, visible en todos los arenales. También están colocadas las boyas y pasarelas y funcionan los lavapiés, aunque en algunos «sale el agua de aquella manera», dijo una familia de Albacete de vacaciones en San Juan. Dos madrileñas precisaron que «se escapa el agua por arriba», aunque destacaron que los servicios eran mucho más precarios en mayo y que casi todo está ya en funcionamiento en esta playa, excepto el alquiler de sillas y tumbonas, todavía cerrado. Otra queja sobre esta playa es que hay pocos aseos portátiles. «Alguno más se agradecería. El que venga a pasar el día lo tiene mal. Tendrá que buscar un baño en algún bar».

La playa más en precario es Urbanova ya que el paseo marítimo Tomás Durá está en obras desde diciembre. La última fecha dada por el Ayuntamiento para la finalización de la reforma es el 20 de junio pero los vecinos y bañistas lo dudan puesto que ven aún mucho trabajo por delante. «Vine en Semana Santa y he vuelto ahora. He visto poco avance, si esto sigue así en agosto estaremos mal», dijo una turista. Aunque son numerosos los operarios que intentan acabar el murete del paseo y han abierto pasos peatonales para los bañistas, inexistentes y tapados por las vallas hasta hace un mes, lo que causó un aluvión de quejas, la entrada a la playa sigue llena de montañas de arena, hay lavapiés que aún no funcionan y pasarelas de madera fuera de su sitio. Precisamente el cambio del antiguo murete con mosaico por uno nuevo blanco y más moderno ha despertado controversia. «Era precioso pero se lo habían cargado porque nadie cuida nada», explicó otra usuaria, a la que no le gusta que dejen las antiguas farolas con luz amarilla con otras blancas mezcladas en el paseo.

En la Albufereta la queja se refiere a los aseos, que aún están cerrados; y en el Postiguet varios bañistas criticaron su falta de higiene. Como Mabel García, que dijo que algunos aparatos de gimnasia no funcionan. El Postiguet fue calificada como «mercadillo» por un trabajador de los servicios de la playa, por la gran cantidad de vendedores ambulantes, desde bebidas a ropa y masajes. «El problema no es el vendedor de pareos, sino el que va detrás fijándose en los que tienen tablets o cámaras, o el que va vendiendo otras cosas», en referencia a sustancias prohibidas. «Es una playa urbana pero pequeña y todo eso se podría erradicar o al menos controlar», dijo este empleado, que recibe muchas quejas de usuarios sobre la deficiente limpieza de la arena ya que aún no se ha reforzado el servicio de verano. También cree que es hora de que se incorpore la brigada de Policía de playa. La ausencia de una oficina de denuncias junto a la arena y el elevado precio de las hamacas preocupan también al turismo.

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