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Un enclave en alza

Quintana se busca la vida

El comercio se mueve con ideas de vanguardia como bares veganos, cafeterías de tertulias literarias y tiendas de interiorismo con talleres en inglés, que se suman a los negocios de toda la vida

El bar de tapas veganas. pilar cortés

Con 47 años de historia, Calzados «El deporte» es la tienda más antigua que queda en Poeta Quintana y, aunque su propietario se jubila, el negocio continuará vivo en manos de la familia, salvándose del cierre, contrariamente a lo que está ocurriendo con muchos otros establecimientos históricos de Alicante. Muy cerca, acaba de echar a andar el primer bar de tapas veganas de Alicante, un nuevo concepto de restauración que, según su propietaria, Olga Millán, no sólo atrae a los amantes de estos alimentos, también a vegetarianos que quieren dar el paso y a personas que van a informarse sobre sostenibilidad del planeta y defensa de los animales. «¿Qué por qué me vine a Quintana? Yo no elegí la calle, ella me eligió a mí», explica la restauradora, que dejó su trabajo en Alemania para montar este negocio. Y es que no tuvo dudas cuando halló el local, pese a que lo que hoy es el Vegan Tapas, donde todo es de origen vegetal, con carne de tofu y saitán, y leche de arroz, alpiste o pistacho, «estaba destrozado y era una ratonera».

Porque Quintana está en alza y se revitaliza en un mestizaje entre las actividades de toda la vida y nuevas ideas, modernas e incluso selectas, que se traducen en más de 80 establecimientos en funcionamiento y apenas media docena cerrados. «Todo viene a raíz de la imagen comercial que crearon las cintas de colores», una iniciativa del Ayuntamiento y de la Asociación de Comerciantes, que coincidió con la ampliación de las aceras y la plantación de arbolado. «Todos los vendedores quedaron muy contentos y me piden más», explica la presidenta del colectivo, Virginia Albero, que desde hace 17 años, y junto a su madre, identifican su tienda con flores, hojas, barquitos y otros motivos con algo tan económico como papel Ironfix, una idea que emulan ahora muchas otras tiendas. Entre todos están preparando campañas para fidelizar al cliente como «La noche en vela» para el próximo sábado, día en que cerrarán toda la calle por la tarde, excepto el acceso al parking, y mantendrán las tiendas abiertas hasta las 22 horas, con velas encendidas para dar más ambiente a Quintana.

Asimismo, están desarrollando con alumnos de Arquitectura un proyecto para decorar los escaparates de Navidad de 17 comercios con diseños efímeros al estilo de lo que se hace en Regent Street, Londres, y en la Quinta Avenida de Nueva York, y con Imagen Urbana convocaron un concurso de ideas para pintar la fachada del aparcamiento público Universal Parking. Ganó el grupo «Fent la mà» de Bellas Artes, que pintan estos días el mural «Algas marinas». «Aprovechamos la estructura para crear formas geométricas que pueden parecer plantas, raíces, o un juego de Tetris», explicó Isabel Ruiz, una de las artistas.

Porque la estética es otro de los pilares de la revitalización de Quintana.

La asociación de comerciantes, de la que forman parte la mayoría de establecimientos, lucha por lograr una armonía y ha conseguido que eliminaran grafitis, algunos de ellos esvásticas, y con el listado de comercios cerrados en la mano llaman a sus propietarios para que mantengan en condiciones sus persianas y vitrinas. También buscan nuevos negocios que quieran implantarse, sobre todo nacionales, complementarios a los actuales y que falten en la calle, contactando con empresas y enviándoles correos electrónicos. «No somos una inmobiliaria pero hay locales muy buenos e interesantes», explica Virginia Albero. Con esta política, esperan conseguir una ferretería, una confitería, un negocio de pinturas o de ropa de hogar, «no sólo multinacionales, también empresas familiares que se están lanzando a la franquicia, porque Alicante es un buen punto de referencia y Quintana más».

Al menos un restaurante español, un hotel enfocado al turismo nórdico y posiblemente un supermercado en dos edificios que se están remodelando son las próximas actividades que abrirán en Quintana, sumándose a varias más muy recientes. Como librería Pynchón, un lugar donde poder tomarse un café y leer, «un concepto nuevo en Alicante, que existía en Madrid y Barcelona pero no aquí».

Sólo lleva una semana funcionando «Mil historias y un café», en la confluencia con Segura, una cafetería de tertulias regentada por Manuel Fernández y su amigo irlandés Stephen Kylcoine, que estaban desempleados. «Levantamos el telón orientados a la literatura, intentando darle ambiente a la calle Quintana y adyacentes», explicaron los propietarios de este establecimiento, apadrinado por el escritor Luis Leante. «Como todos los negocios nuevos cuesta pero intentamos hacernos un espacio. Es una idea novedosa en Alicante, falto de locales de este estilo, pues no llega a pub, es una cafetería para tertulias literarias, exposiciones...Tenemos una zona para que la gente lea. Incluso pueden traer libros, y venir a practicar inglés o italiano. Están previstos conciertos en estos idiomas», apuntaron.

De origen inglés, aunque de padre alicantino, es Sara Berenguer, que hace siete meses abrió la tienda de interiorismo, regalos y tapicería «Read and sixty», el primer término por su segundo apellido, y el segundo porque empezó vendiendo 60 artículos, desde muebles nuevos a piezas antiguas, y en variedad de estilos, del industrial, al vintage y al nórdico, y donde también organiza talleres de manualidades en inglés. Entrevistada hace unos días por la BBC para un programa de británicos en el continente, se vino a Alicante a aprender el idioma y «me quedé aquí porque me gusta más». Poco a poco el público va conociendo su tienda a través de las redes sociales, «y gracias a los eventos que se están haciendo la gente va conociendo que es una calle donde se puede comprar, no sólo pasear al perro para que haga pipí. Estoy muy contenta con mi elección».

Como Paloma Campos, que se pasó 15 días haciendo su propio estudio de mercado de Quintana «viniendo a distintas horas y viendo el flujo de personas» con el deseo de volver al sector tras verse abocada a cerrar, por la crisis, una tienda que llevaba 20 años en la calle Gerona. Al final abrió De Telas, una tapicería para sofás, sillones, persianas, es decir, decoración del hogar, «porque es una calle de las pocas que continúan en Alicante con comercio vivo y con tiendas de siempre. Además, al arreglarla se ha notado un cambio importante».

«Me encanta formar parte de esta calle, la única de Alicante en la que no hay cadenas comerciales», señala Michael Pallante, americano que abrió Liberty Kitchen hace un año, y que el sábado se sumará a «La noche en vela» con una oferta de 100 hamburguesas y 100 cervezas a 10 euros, recaudación que irá para el hijo de un amigo de Estados Unidos que está enfermo. Americano es también Pablo Lalaguna, que montó la lavandería 321 Wash, al estilo urbano de EE UU, donde a menudo la lavadora es comunitaria, y pensada para clientes de hoteles y pensiones, y personas que comparten piso.

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