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Una joya abandonada

La plaza de Gabriel Miró, una de las más hermosas de la ciudad, presenta claros signos de descuido

Una joya abandonada

Los frondosos ficus y los olmos centenarios sorprenden al visitante de la plaza de Gabriel Miró cuando levanta la vista, sin embargo al bajarla el efecto es justo el contrario por el abandono de sus jardines y mobiliario urbano, la falta de limpieza y de cuidados que cada vez va a más, y el mal estado de su pavimento, peligroso incluso en algunos puntos en los que está totalmente levantado. Es alarmante en una de las plazas más hermosas de la ciudad, donde además se enclava la fuente de la Aguadora, una escultura con una historia de 96 años emblemática de una zona que ha renacido con la implantación de nuevos negocios.

En el jardín que rodea la fuente apenas queda césped, que se ha secado durante este verano, lo que ya fue objeto de quejas de los vecinos por el recorte en las frecuencias de riego, de hecho está lleno de calvas. Lo mismo ocurre con los parterres, vacíos de vegetación: los comerciantes llevan más de cinco años pidiendo que se suban los bordillos para que no se salga la tierra, como recordó la presidenta de la asociación Más que Centro, Toñi Torregrosa. «La plaza necesita una mejora porque lo único que se hizo hace unos años fue una intervención en la jardinería. Las plantas de los laterales estaban muy altas y solicitamos que las hicieran más bajas porque la plaza quedaba como muy enramada, oculta. Por ello pedimos que se cambiaran las plantas y se arregló un poco».

Entre los ficus centenarios se ve también la tierra pelada, y sus raíces han levantado el pavimento en algunos puntos de la plaza rompiendo el suelo. El agua de lluvia o de riego se acumula en las baldosas, hay troncos vaciados, numerosas hojas secas, falta de limpieza en general y malos olores en algunos puntos donde orinan.

Además, en este caso por efecto de los actos vandálicos, aparecen pintadas en los troncos de los ficus centenarios, y los jardineros a menudo se ven obligados a retirar raíces nuevas de estos árboles que rompen quienes se meten en los espacios ajardinados.

«Es una pena que una de las plazas más bonitas de la ciudad esté así. Por aquí vienen muchos turistas que se hacen fotos junto a la fuente (de La Aguadora) y en verano se sientan buscando la sombra», explicó Luisa Robles, una vecina que urge soluciones al Ayuntamiento. En la misma línea, uno de los trabajadores de los negocios de restauración de la zona dijo que «le hace falta un lavado de cara» para terminar de consolidar la recuperación del entorno una vez que se consiguió que se reanudara la actividad en el edificio de Correos.

La plaza de Gabriel Miró está pendiente de rehabilitación desde hace más de un año cuando se suspendió por la falta de dinero en las arcas municipales. El Ayuntamiento retomó antes del verano el proyecto anunciando una intervención en la zona verde, los bordillos y el suelo para realzar los encantos del histórico jardín, presupuestada en 86.000 euros y que se hará con un remanente de 2013.

La obra, solicitada desde hace años por vecinos y comerciantes, se iba a iniciar en julio pero se retrasó hasta después del verano. Luego los comerciantes pidieron al Ayuntamiento que se aplazara hasta después de la Volvo y que se acometa entre la finalización de los actos de la regata y la campaña de Navidad. El concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens, aseguró a este diario que empezarán este mismo mes. El proyecto también contempla restaurar las partes del pavimento deterioradas por efecto de las raíces, resaltar éstas con la plantación de palmáceas y flores, sustituir los bordillos y vigas de las pérgolas más desgastadas, y cambiar la red de riego.

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