Más de cien árboles en estado deplorable. Lo denuncia Pedro López, vecino de la Playa de San Juan que no da crédito al «desolador» estado en que se encuentra la arboleda de la avenida de la Goleta. «En toda la acera que va desde la rotonda de la avenida Costa Blanca hasta cerca de la Albufereta se está perdiendo, los árboles están medio muertos por la falta de mantenimiento. El Ayuntamiento debería darle un toque de atención a la empresa que se encarga del riego y el cuidado de jardines, porque se le va la situación de las manos. Es para llamar al Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil)».

Lo cierto es que en la mayoría de avenidas de la playa de San Juan y también en el centro y en los barrios de la ciudad se ven a simple vista ejemplares que se secan o empiezan a amarillear. Ocurre en la plaza de Gabriel Miró con algunos álamos y el césped, y, por ejemplo, con las jardineras decoradas con laurel que hay en la avenida Doctor Rico, donde la mayoría se están secando. Lo mismo que se aprecia en la mediana de la Gran Vía, entre otros puntos. A esto se suman otro tipo de quejas relacionadas con el arbolado, como que está demasiado crecido y no se poda. Ocurrió en la Rambla, en La Condomina o en la zona de los Ángeles. O que el césped se corta cada vez menos en los parques de la Playa de San Juan.

El Ayuntamiento achaca la situación al estrés hídrico que están sufriendo las plantas y zonas verdes por la sequía pero vecinos, comerciantes y también expertos relacionan lo que está ocurriendo con un deficiente riego por los recortes, que se suma a que no está lloviendo. Es la opinión de Carlos Arribas, de Ecologistas en Acción, que afirma que se nota mucho la diferencia entre las zonas de Alicante y el arbolado conectado a la red de agua depurada, como sería el caso de la falda del Benacantil, «que no está mal», y las que no están conectadas. «Puede ser que la parte de arbolado que no se riega con este sistema no tenga suministro. Son las dos cosas, que llevamos muchos meses sin una lluvia decente, y que los ejemplares con alcorque no los riegan lo suficiente, porque están disminuyendo todos los servicios, como la limpieza, que es ahora la mitad».

«En teoría los árboles plantados en las calles no deberían sufrir estrés hídrico porque suelen tener riego por goteo, que va por debajo del asfalto. Es más normal que sufran por la falta de lluvias los de la naturaleza pero no los situados en la ciudad porque tienen asegurado un riego periódico. Si amarillean puede ser porque han reducido los riegos», explicó el biólogo Emilio Rosillo. El experto dijo también que en muchos chalés los árboles, además de la falta de lluvias, están sufriendo de «goma», una especie de resina derivada también de la sequía que les hace sufrir bastante.

El director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, afirma que en épocas como la actual, con tanto déficit hídrico, las plantas sufren más y hay que complementarlo con riego. «Habría que aumentar la frecuencia para evitar que tenga efectos negativos. En el campo se nota mucho en las parcelas, por ejemplo, de almendros, pero si en los jardines se está regando con la misma frecuencia que en un año humedo el árbol se resiente bastante, porque llevamos doce meses con un déficit muy grande de lluvia».

La situación no parece que vaya a cambiar en breve, puesto que para la próxima semana, afirmó Olcina, continuará el calor. Desde la Concejalía de Atención Urbana explicaron que la frecuencia de riego de los jardines y árboles depende del régimen de lluvias, «que hay menos, se riega más. Que hay más, se riega menos». Pese a las quejas vecinales, indicaron que las praderas de césped siguen estando bien pese a que no llueve desde diciembre. «Es interesante observar el cuidado de los parques y jardines de Alicante con respecto a otras ciudades. No se nos caen ramas porque las podamos antes, como hicimos esta semana en el Portal de Elche, ni tampoco cortamos árboles».