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Vecinos de la Cañada llevarán al Síndic la peligrosidad de la carretera de la Alcoraya

La negativa de la Diputación a volver a habilitar un paso cebra que retiraron por considerarlo inseguro provoca la indignación de los residentes

Los vecinos, con técnicos de la Diputación el martes. PILAR CORTÉS

«Vamos a llegar a donde haga falta si no nos hacen caso, hasta el Síndic». Así lo aseguraba esta semana José Vicente Toledo, vicepresidente de la Asociación de Vecinos Sant Jaume de la Cañada del Fenollar después de que los técnicos de la Diputación hayan rechazado la petición de los vecinos de que se restituya el paso de cebra por el que cruzaban la carretera de la Alcoraya para llegar a la única tienda de ultramarinos que hay en la zona.

Hace aproximadamente un año y medio, la Diputación, aprovechando las obras de remodelación del vial, eliminó el paso cebra porque se sitúa cerca de una curva al considerarlo peligroso. El problema es que los vecinos siguen cruzando la carretera de la Alcoraya, la principal vía de comunicación de la zona, sin tener siquiera el amparo del paso cebra. «Si nos atropellan, encima es culpa nuestra», ha señalado José Vicente Toledo quien asistió esperanzado el martes a la llegada de técnicos de la Diputación que acudieron a la pedanía para estudiar la reivindicación vecinal.

De hecho, el diputado de Obras, Manuel Pérez Fenoll, mostró su disposición a atender las reivindicaciones vecinales e incluso indicó a este diario que existía la posibilidad de instalar un nuevo paso cebra aunque más alejado de la curva, e incluso se barajaba colocar un semáforo, solución que, sin embargo, han rechazado los técnicos de la Diputación, según asegura el vicepresidente de la asociación de vecinos.

«Esto clama al cielo. Por aquí pasamos unas 120 ó 130 personas al día y ahora lo hacemos de forma totalmente insegura», ha señalado Toledo, para añadir que «la única solución que nos dan es poner unos baches sonoros para que los coches tengan que reducir la velocidad al pasar por aquí, pero creemos que esta no es la solución porque la gente se juega la vida a diario simplemente para ir a comprar el pan».

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