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El Castillo pierde piedras

Los sillares se desprenden en los accesos, en el baluarte de Santa Ana y en la parte más elevada del Bien de Interés Cultural, y hay tuberías a la vista por el deterioro de los muros

El Castillo pierde piedras

Sillares amontonados producto de obras y de pequeños desprendimientos de piedras de muros, escaleras y otros elementos arquitectónicos son visibles en diversos puntos del Castillo de Santa Bárbara, que solo en los tres meses del último verano recibió a más de 100.000 turistas. Las piedras, señalizadas por vallas, son visibles en montones en el acceso de autobuses por carretera, en la entrada principal, en el aparcamiento público habilitado junto al baluarte de Santa Ana, donde se acumulan desde hace meses palés y botes de pintura; en uno de los laterales, más allá del restaurante; y en la explanada del Macho del Castillo que corona este Bien de Interés Cultural de finales del siglo IX.

«Es precioso, y tiene unas vistas impresionantes, pero está un poco descuidado. Hay montones de piedras, la vegetación está bastante seca y en algunos muros falta la argamasa», dijo un turista que comparó la fortaleza alicantina con la que hay en su Málaga natal, «son parecidas», dijo. Otros visitantes señalaron la extensa valla que impide acercarse a una de las paredes del Castillo alicantino, que «afea» el conjunto, así como la tubería que queda visible en un muro, los agujeros que se aprecian entre los ladrillos del muro de entrada, y la madera carcomida de la puerta de acceso al patio de armas.

Sin embargo, para el Ayuntamiento el Castillo está en perfectas condiciones. Los técnicos dicen no tener conocimiento de desprendimientos en la muralla y desde el área de Cultura aseguraron que las piedras acumuladas en el interior son sillares que sobraron cuando se hicieron las obras de la fortaleza, y que las mantienen protegidas con vallas, «porque así están conservadas y bien controladas». Las obras se hicieron entre 2009 y 2011, cuando se restauraron las murallas y las torres de Santa Catalina y San Jorge, se sustituyó el viejo ascensor y se renovó el túnel de acceso desde la playa en el marco de un proyecto que costó 1,2 millones. Además, se inauguró el Museo de la Ciudad con cinco salas que recorren la historia de Alicante. Más tarde el aljibe se hizo visitable. La intervención más reciente fue en noviembre, en los cañones del Macho, que tenían unas bases de madera muy deterioradas y peligrosas para los turistas. Se sustituyeron por piedras con un gasto de 5.000 euros. «Ahora se hacen actuaciones de mantenimiento», dijo el edil de Cultura, Miguel Valor, quien anunció que en verano se adornarán las dos plazas principales del Castillo con telas y tapices para darle un aire medieval.

El monumento está perdiendo parte de su historia más reciente puesto que las inscripciones o grafitis que hicieron en los adoquines los presos encarcelados en el Castillo tras la Guerra Civil cada vez están más borrados por el pulido de la piedra y por la erosión, quedando visibles sólo unos diez.

«Las inscripciones en la piedra están al aire libre, en el suelo, y el desgaste lo va borrando, pero tampoco hay ningún cuidado. Ocurre lo mismo en las iglesias con las lápidas de los enterramientos pero en el Castillo de Santa Bárbara es peor porque están en el exterior y es piedra caliza de mala calidad». Alicante Vivo reclama su restauración y medidas para impedir que se pisen colocando algún vallado que dificulte el paso o una plancha de metacrilato que conserve mejor las inscripciones, impidiendo que se escriba encima, como ya ha pasado, todo ello apoyado con explicaciones de los grafitis.

MEMORIA HISTÓRICA

Catalogación de los grafitis

Alicante Vivo reclama que los grafitis del Baluarte de la Reina que hicieron los presos de la Guerra civil sean fotografiados para que se puedan catalogar y publicar. «De lo contrario, en cien años habrán pasado al olvido, como ha ocurrido con anteriores inscripciones de otras épocas históricas. Así quedará constancia de que existieron». Así estaban hace años (foto).

DETERIORO

Vallas protectoras y carretera llena de baches

Por la carretera del Castillo suben y bajan los autobuses de turistas y escolares, por lo que está llena de baches y necesita nuevo asfaltado. También hay una gran valla que afea el conjunto en el ascenso al Macho del Castillo. Pese a todo, hay opiniones positivas, como la de unos profesores que dijeron verlo bien restaurado, con la piedra pulida y exposiciones interesantes.

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