Una época de contrastes. Así se puede definir el momento que está atravesando el sector de la almendra en la provincia, con una floración como siempre llamativa por un lado, y una incertidumbre propia de la amenaza de la Xylella, las heladas y la sequía que ha afectado a los campos del sur por el otro. Sombras éstas que, en cualquier caso, no deben ser un obstáculo para disfrutar del espectáculo en blanco y rosa que justo ahora invade los paisajes de las zonas de cultivo, especialmente los situadas en las comarcas más montañosas.

Los almendros de la provincia de Alicante lucen justo en estos momentos sus mejores galas. La floración ha irrumpido con todo su esplendor, vistiendo los campos de una llamativa gama de colores que van del blanco al rosa. Un espectáculo efímero que no hay que perderse en campos como los del Alto y Medio Vinalopó, y especialmente en estos momentos en comarcas como l'Alcoià, El Comtat y las Marinas Alta y Baixa, donde los árboles se encuentran en plena eclosión.

Enclaves como la Vall de Seta en El Comtat, el conjunto de la Foia de Castalla, y las estribaciones de las sierras de Aitana y Serrella, son ahora un auténtico acontecimiento visual que no hay que perderse.

Sin embargo, este derroche de color esconde un año que en el sector se presenta repleto de incertidumbres. Paradójicamente, son los territorios situados más al norte, los que más lucen en estos momentos, los lugares en los que la Xylella ha empezado a ocasionar estragos.

Tal y como ya informó este diario, el plan de erradicación diseñado para combatir esta plaga, y que tanta contestación está encontrando entre los agricultores, va a obligar a arrancar uno de cada cuatro almendros en la Marina Alta, la Marina Baixa y El Comtat. Un total de 35.000 árboles que con su eliminación reducirán la cosecha en 140 toneladas, lo que supone un 7% del total de la producción en la provincia y pérdidas económicas cercanas al millón de euros.

Culminada la operación, lógicamente, también se va a resentir el espectáculo de la floración, sobre todo de cara a próximas campañas. Hay que tener en cuenta en este sentido que las parcelas afectadas suman 1.200 hectáreas distribuidas por 22 municipios.

Aparte de esta preocupante incidencia, también hay que atender a las circunstancias meteorológicas. Juan Pastor, responsable del sector en La Unió, manifestaba que la cosecha es ahora mismo una incógnita. Según sus palabras, «hay muchos factores que nos tienen en vilo. Por un lado la sequía que se arrastra en las comarcas situadas más al sur, y que las lluvias de las últimas semanas no han logrado erradicar, y por otro la amenaza de heladas, que no sabemos si al final pueden acabar afectando a la floración».

Con todo, la esperanza está depositada en una mejora de las condiciones, sobre todo en lo que respecta a las lluvias para las comarcas más sedientas y también a las temperaturas, para minimizar el riesgo de heladas.