La piqueta ha vuelto a actuar en Alcoy en este arranque de julio, pero lo ha hecho fuera del casco antiguo, en contra de lo que suele ser habitual. En esta ocasión, se ha derribado una casa en absoluta ruina desde hace mucho tiempo de la calle Caramanchel, una vía de entrada a la Zona Norte que presenta un aspecto decadente, con la mayor parte de los inmuebles -todos de dos o tres plantas- tapiados o con una apariencia importante de degradación.
Hasta hace no mucho tiempo configurada por casas habitadas y bares con cierta popularidad, por ejemplo entre los profesionales del vecino Palacio de Justicia, durante la última década la calle Caramanchel ha expresado un declive casi definitivo. Hace cuatro años, el mismo día del famoso deslizamiento de la ladera de la calle Calderón, se hundía por el interior una casa de esta calle, lo que ejemplificaba la situación que se vive en las construcciones.
Este inmueble fue clausurado y tapiado, situación que afectaba a otros de la misma calle, en parte habitados ahora por okupas, según los testimonios recogidos.
Esta semana, en un visto y no visto, la piqueta ha derribado una casa absolutamente degradada y que amenazaba con desplomarse. La labor se ha efectuado con celeridad y la mayor parte de los escombros ya han sido retirados; de hecho, al mediodía de ayer únicamente se podría observar la presencia de las antiguas vigas de madera en lo que fue el número 16. A corto plazo, puede ocurrir que no sea la última en seguir este camino, pues justo la de al lado está tapiada y la de la parte opuesta presenta un aspecto muy deteriorado.
En la época del gobierno del PP se intentó un PRI en la zona, que incluía una nueva calle, la urbanización de la parte posterior y la rehabilitación de Caramanchel, pero la iniciativa no cuajó y la degradación ha seguido imparable.
