Los días en que las filaes de Alcoy tenían dificultades para completar la participación en sus boatos debido a la complicada coyuntura económica ya han empezado a pasar a la historia. Capitanes y alféreces saldrán este año a la calle acompañados por 3.300 personas, entre festeros e integrantes de 30 bandas y grupos musicales, además de 11 ballets. El espectáculo en las Entradas, por tanto, parece garantizado.
La crisis económica tuvo su incidencia en las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy, sobre todo en las filaes de cargo, toda vez que tenían dificultades a la hora de encontrar participantes para sus boatos. La situación, sin embargo, se ha ido reconduciendo en los últimos ejercicios, en una tendencia que, por lo visto este año, se ha consolidado por completo.
Juan Miguel Aranda, primer tro de la Filà Mozárabes, que ostenta la capitanía cristiana, explicaba que la comitiva que sacarán a la calle estará formada por 800 personas, de las que 470 se corresponden con las nueve bandas y formaciones musicales. También contarán con la presencia de cuatro ballets que, quiso resaltar, cobrarán por su participación. «No hemos tenido problemas para completar el boato, y por tanto hemos cumplido con las expectativas», en fatizó.
Antonio José Cortés, de la Filà Domingo Miques, informaba por su parte que el boato estará integrado por 850 personas, y que serán siete las bandas y grupos musicales que acompañarán al capitán moro. Según explicaba, «el año pasado nos costó un poco más completar la comitiva, pero quizá porque la capitanía tira más, en esta ocasión no hemos tenido ningún tipo de problema».
En lo que respecta a los alféreces, la filà cristiana de los Almogávares es la que contará con un boato más numeroso, formado por 950 personas. También en este caso desfilarán con siete bandas y formaciones musicales, además de dos ballets. «Hemos tenido más demanda de la que esperábamos», subrayó el primer tro, Fernando Fernández.
Un poco más complicado lo ha tenido la Filà Chano, cuyo responsable, Miquel Richart, señalaba que «suele pasar con el allférez moro, que sale el último, ya por la noche, y la gente quiere lucir el traje todo el día». Aún así, el boato estará integrado por 700 personas, con siete agrupaciones musicales y dos ballets.
Uno de los factores que ha contribuido a recuperar participación es el del precio de los trajes, que han bajado y oscilan entre 300 y 500 euros, y sólo en algunos casos suben a 600.
